Sentimos una intensa satisfacción ante los recientes acontecimientos promovidos por jóvenes de espíritu de “todas las edades”, reunidos por la indignación y la resistencia a aceptar la actual situación político-económica.

Estuvimos anestesiados durante tanto tiempo que, volver a despertar nos hace sentir políticamente muy vivos. Recuperar nuestro tiempo y nuestro espacio ciudadano nos anima a pensar que  manejamos el timón de nuestro destino colectivo, que controlamos nuestro futuro.

Gran confianza produce la utilización, para la defensa de los intereses de este Movimiento Ciudadano, de herramientas tan eficaces y tan nobles como la alegría, la cooperación, la solidaridad, la amabilidad, la actitud pacífica, la cordialidad, también el esfuerzo y la responsabilidad.

Aún agradan más  los fines: participación ciudadana, justicia social, democracia real, independencia informativa efectiva, en definitiva, otro sistema político que de cauce al sentir de la mayoría. Un sistema político orientado a una economía al servicio de los ciudadanos, más sostenible, más eficaz pero también más justo.

Hay muchos motivos para el optimismo, para la esperanza de un tiempo futuro mejor. Nunca en la historia de la humanidad hubo tanta riqueza acumulada, ni tanta capacidad científica y tecnológica. Ha de ser virtud de la política que todos disfrutemos de estos beneficios, que no queden exclusivamente al servicio de unos pocos, evidentemente ha de compensarse el trabajo y el mérito personales, pero seguro que hay margen para que todos participemos de la fiesta del progreso. Es justo, es necesario y es lo mejor para todos. Queda planteado para los expertos e investigadores en la Ciencia Política y la Económica el reto de alcanzar estos objetivos. Es cuestión de voluntad y determinación.

La motivación es un potente motor que nos llevará a buen destino. Reguemos y abonemos esta semilla, el “sol” resplandeciente hará lo demás.