España debe mirar a Grecia

El actual gobierno del PP ya no puede seguir “sangrando” al ciudadano porque, este, ya no tiene sangre que dar, aunque lo seguirá haciendo porque es lo fácil.  Deberá empezar, si quiere tener una legislatura tranquila en la calle, a mirar hacia arriba y comenzar a exigirle a los que tienen el dinero que lo pongan en circulación si no quiere que la situación griega nos llegue como un tsunami.

Hasta ahora todas las medidas tomadas por el gobierno van contra la lógica cediendo a las demandas alemanas: Despido más barato, subidas impositivas vergonzosas y sobre todo cortando cualquier posibilidad de tener dinero circulando a disposición, asfixiando al comerciante y autónomo y consiguientemente al ciudadano de a pie

Al margen tanto el Presidente como sus ministros son unos “bocas”, que largan cuando creen que no se les oye, que pone los “pelos de punta” El estado esta convulso, y Asturias más, una inoportuna chispa puede incendiar la calle, como ocurre en Grecia, porque el descontento ciudadano se palpa y no está el “horno pa bollos”. Las familias se encuentran “estranguladas”, hipotecas que no se pueden pagar, trabajo que no hay, dinero que no circula y en boca de todos, quejas, quejas y más quejas que empiezan a ser preocupantes con la amenaza de más destrucción de empleo y sin signos, a corto y medio plazo, de recuperación con alarmantes declaraciones del Presidente y sus ministros.

Europa, la vieja Europa, dejo de ser un referente, los mercados financieros están dominados por economías emergentes que nos mueven a su antojo, como una rama seca por el viento.

La mesura y coherencia en la gestión evitando “aventuras” debería ser la norma. No parece o al menos así lo percibe el ciudadano, en España, que sea esa la política que se está siguiendo. El Gobierno, por primera vez en nuestra reciente historia, en menos de un mes a caído dos puntos en intención de voto, señal inequívoca de que no están gestionando bien la crisis. Grecia está a la “vuelta de la esquina” y mirar para ella debe ser una consigna en el gobierno. Si, por alguna circunstancia que no parece que vaya a existir, España se tiene que salir del euro, amenaza que pende como una espada de Damocles sobre Grecia, el colapso financiero que producirá se llevara por delante no solo al Gobierno sino al Estado (incluida la Banca) y con él un modelo de sociedad al que España se había acostumbrado; salir al mundo como un ciudadano igual y no como un “pordiosero”. Subir, aunque difícil, se consigue, mantenerse cuesta, pero bajar se baja rápido. El Presidente Rajoy debe hablarle al ciudadano, que para eso fue votado, y no perderse en batallas parlamentarias de verborrea insulsa y Rubalcaba dejar de hacer el ridículo diciéndonos que tiene la solución a nuestros problemas después de haber sido coparticipe del gobierno que nos llevo a la ruina y estar, por lo menos, callado. Hablan pero nadie parece tener la receta o al menos eso es lo que percibe el ciudadano y nos acercamos, peligrosamente, al precipicio. Caer es un segundo. 



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