Tejedores de sombrero de paja toquilla recibieron reconocimiento de la UNESCO

Tejedores de sombrero de paja toquilla recibieron reconocimiento de la UNESCO

Quito (Pichincha).- El Gobierno Nacional, a través del Ministerio Coordinador de Patrimonio, hizo un público homenaje a los tejedores del sombrero de paja toquilla de cuatro provincias del país, luego de que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) incorporó al tejido del sombrero en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

El acto protocolario se realizó en el Palacio de la Circasiana, ubicada al norte de Quito, en donde la ministra coordinadora de Patrimonio, María Belén Moncayo, entregó el reconocimiento de la Unesco, que fue emitida en París,  a representantes de las comunidades productoras y tejedoras de paja toquilla de Santa Elena, Manabí, Azuay y Cañar, quienes cuentan con el legado histórico de esta artesanía.

 

El reconocimiento de la Unesco permitirá que el sombrero de paja toquilla deje de ser conocido como “Panama Hat”, cuando es realmente “Jipijapa” ("Xipixapa"), o “Montecristi".

El compromiso con los tejedores se refleja en el éxito de la Escuela Taller de Pile (Manabí) para transferir y mantener el conocimiento de la elaboración del sombrero fino de paja toquilla. En la misma,  26 estudiantes de 15 años en adelante se capacitan para mantener viva la tradición.

El origen del tejido del sombrero de paja toquilla se localiza en Manabí. En 1630 el indígena Domingo Chóez conjugó esta materia prima con la forma de los sombreros españoles. La actividad toquillera se consolidó en el siglo XVII y los tejedores de Montecristi y Jijipaja se especializaron en la elaboración del sombrero bajo el modelo europeo.

 

En 1859, la Reina de España mandó que se organice en Aranjuez una compañía de infantería cuyo uniforme diario cuente con un “sombrero Jipijapa”, haciendo relación a los sombreros de toquilla que se tejían en esa localidad. El auge exportador de sombreros generó una etapa de bonanza económica sin precedente; hacia 1863 se exportó desde el Puerto de Guayaquil la increíble cifra de 500.000 sombreros anuales; y para 1854 el valor de la exportación del sombrero de paja toquilla superó al cacao.

Momentos clave en los que se dio una notoria alza en la producción toquillera fueron la Exposición Mundial de París (1855), en la que se promocionó el sombrero ecuatoriano de toquilla, y a finales  del siglo XIX cuando la construcción del Canal de Panamá generó una gran demanda.

Al ser el canal de Panamá una obra majestuosa de ingeniería en el mundo, su construcción incluyó un despliegue que incluía a los obreros usando el sombrero de paja toquilla, además de políticos  como el Presidente Roosevelt. Este hecho llevó a la errónea denominación de “Panama Hat”.

La declaratoria de la Unesco  permitirá que el Gobierno Nacional, dentro del plan de salvaguardia, trabaje en la promoción del sombrero así como en el fomento a su producción y comercialización.

Además, se prevé que a finales de año se presente el sello postal “El tejido del sombrero de paja toquilla, patrimonio inmaterial de la humanidad”. POG/ El Ciudadano

Dejar un comentario

captcha