En relación con las últimas manifestaciones de la cúpula del Sindicato Médico Profesional de Asturias (Simpa) sobre la huelga que este el colectivo mantiene en la sanidad asturiana y a la vista de las consecuencias que esta protesta, junto con el incumplimiento de los servicios mínimos alentado por la dirección sindical, está teniendo para los pacientes, el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) manifiesta que:

• ·        Después de más de tres meses de negociaciones y más de una quincena de reuniones de diferente ámbito con sus dirigentes, el Simpa se ha mostrado incapaz de cerrar ninguno de los cinco puntos en los que se centran los desacuerdos, por lo que resulta cuando menos sorprendente que insistan en que el único motivo para mantener la propuesta es el cumplimiento de la jornada laboral ordinaria.

• ·        El sindicado incide en esta idea manifestando, además, que es preciso que el Sespa respete los progresos en el resto de los puntos, pero sin llegar nunca a precisar los términos en los que podrían concretarse esos avances, con lo que su reivindicación permanece siempre abierta.

• ·        El Simpa ha sido hasta el momento el único sindicato que no ha querido negociar con la Administración y que ha buscado imponer siempre su criterio, levantándose de la mesa de diálogo en tres ocasiones cuando parecía que era posible un consenso beneficioso para ambas partes en la mayoría de sus reivindicaciones iniciales.

• ·        Durante todo este tiempo, el Servicio de Salud ha venido manteniendo todo tipo de contactos y reuniones con representantes de los empleados del Sespa, con el fin de incorporar sus demandas al decreto que regulará la nueva jornada en la medida en que eran asumibles por el sistema sin afectar a la eficiencia de la prestación.

• ·        Las declaraciones de la cúpula del Simpa sobre su intención de mantener la huelga durante el resto de la legislatura si la Administración no desiste de sus pretensiones de eficiencia no hacen más que a poner de manifiesto una vez más que la cúpula del Simpa antepone sus intereses corporativos a la sostenibilidad del sistema público de salud y, lo que aún es más grave, a la calidad de la atención a los usuarios. Asimismo, muestran que la huelga del Simpa busca hacer el mayor daño al sistema sanitario con el menor coste económico posible para quienes secundan la protesta.

• ·        Pese al malestar que provoca a los ciudadanos, el Simpa continúa dando realce a las consecuencias que su protesta tiene sobre las listas de espera y a los perjuicios que la huelga causa a los pacientes, dejando claro que les importan más sus intereses de élite sindical que la calidad en la atención sanitaria a las personas.

• ·        El Sespa ha decretado en todo momento unos servicios mínimos que permiten conjugar el derecho a la huelga con una atención sanitaria de calidad y que se adaptado a unas necesidades asistenciales que han ido variando en función de la huelga convocada por el Simpa, para garantizar siempre la mejor atención posible a los pacientes.

• ·        El Servicio de Salud ha velado desde el principio porque la calidad de la atención sanitaria se resienta lo menos posible con el mantenimiento de una huelga que parece que en este momento, después de todos los  avances incluidos en el borrador del decreto de ampliación de jornada, a quien más interesa es precisamente a sus dirigentes sindicales.

• ·        La Administración sanitaria solo utiliza instrumentos legítimos de empresa pública para alcanzar los objetivos de sostenibilidad enunciados y la garantía del empleo estructural en el sector, lo que nos diferencia de otras comunidades autónomas con intereses distintos en los que, además de los anteriores, tampoco se tiene en cuenta la provisión pública de los servicios sanitarios, la equidad o la universalidad.