Asturias rompe el tópico del campo envejecido y se convierte en una rara avis nacional: gana trabajadores agrarios, rejuvenece el sector y lidera la presencia femenina
Mientras el campo español sigue perdiendo empleo y envejeciendo a marchas forzadas, Asturias va a contracorriente. El sector agrario y la industria alimentaria no solo resisten en el Principado: crecen, se rejuvenecen y avanzan hacia un modelo más equilibrado desde el punto de vista social y laboral. Los datos más recientes dibujan una fotografía poco habitual en el panorama nacional: más trabajadores, más jóvenes y más mujeres en un sector históricamente castigado por el abandono y la falta de relevo.
Un sector pequeño en PIB, gigante en cohesión social
El medio rural concentra alrededor de una quinta parte de la población asturiana, lo que convierte al campo en una pieza clave para la vertebración territorial. Aunque el sector agrario aporta en torno al 1,5% del Valor Añadido Bruto regional, su peso real va mucho más allá de la estadística: sostiene empleo, fija población y alimenta una potente industria agroalimentaria que multiplica su impacto económico.
Agricultura, ganadería, transformación alimentaria y comercialización forman un ecosistema interconectado que explica por qué Asturias mantiene vivo su campo cuando otras comunidades lo ven languidecer.
El dato que lo cambia todo: más empleo agrario
En 2024, el sector agrario dio trabajo a casi 13.900 personas en Asturias, cerca del 3,5% del empleo total, una proporción similar a la media española. Pero ahí acaban las similitudes. Mientras el empleo agrario cayó en España por tercer año consecutivo, Asturias registró un crecimiento cercano al 8% respecto a 2023.
Ese aumento sitúa al Principado entre las muy pocas regiones que han logrado crear empleo agrario en el último año, rompiendo una dinámica nacional marcada por la reducción de explotaciones y la pérdida de mano de obra.
El relevo generacional deja de ser un mito
El crecimiento no es homogéneo: se concentra especialmente en los tramos de edad más jóvenes. En un país donde el agricultor tipo supera ampliamente los 55 años, Asturias empieza a mostrar síntomas de renovación generacional real.
No se trata solo de herencias familiares: cada vez más jóvenes ven en el campo una opción laboral viable, ligada a la ganadería profesionalizada, la transformación alimentaria, la especialización y, en muchos casos, a un modelo de vida más estable fuera de los grandes núcleos urbanos. Un giro silencioso, pero estratégico, para la supervivencia del medio rural.
Asturias, líder nacional en mujeres en el campo
Si hay un dato que define el carácter diferencial del sector agrario asturiano es este: Asturias es la comunidad con mayor presencia femenina en el empleo agrario. Las mujeres representan cerca del 39% de los ocupados, frente a una media nacional que ronda el 27%.
Este liderazgo no es anecdótico. Refleja una transformación profunda del campo asturiano, donde las mujeres ya no son solo apoyo familiar, sino titulares de explotaciones, ganaderas, agricultoras y gestoras de proyectos rurales. Su presencia contribuye de forma decisiva a fijar población, diversificar actividades y romper el aislamiento social del medio rural.
Una región ganadera que convierte el verde en músculo económico
Asturias mantiene un perfil productivo claramente ganadero. Cuenta con unas 20.100 hectáreas de cultivo, en su mayoría dedicadas a plantas forrajeras, que alimentan un potente sector bovino. El Principado concentra alrededor del 5,5% del ganado bovino de España y aporta el 6,5% de la producción nacional de leche.
La producción animal genera más del 70% del valor total agrario, uno de los porcentajes más altos del país. Dentro de ella, la leche supone casi el 60% del valor ganadero, seguida de la carne y el ganado bovino, que aportan más de un tercio del total.
Industria alimentaria: el otro pilar que sostiene el campo
El buen comportamiento del sector primario no se entiende sin la industria alimentaria, auténtico motor de valor añadido. En Asturias, la industria de alimentación y bebidas supera los 2.600 millones de euros de facturación, lo que equivale a una quinta parte de toda la industria manufacturera regional.
Da empleo a más de 7.500 personas, más del 15% del empleo industrial, y mantiene una fuerte especialización en el sector lácteo, que vertebra cooperativas, empresas transformadoras y cadenas de distribución.
Exportar desde el prado: el campo asturiano mira fuera
El dinamismo también se refleja en el exterior. Las exportaciones agroalimentarias alcanzaron en 2024 los 288,5 millones de euros, con un crecimiento superior al 10% interanual. Más del 60% corresponde a productos lácteos, con Portugal, Italia y Francia como principales destinos.
Asturias exporta cada vez más valor transformado, no solo materia prima, reforzando su posición en mercados exigentes y generando empleo estable ligado a la industria.
Un modelo que desafía al campo español
Frente a comunidades donde el campo pierde trabajadores, envejece sin relevo y depende de campañas cada vez más frágiles, Asturias muestra un modelo alternativo: menos extensivo, más integrado, más industrializado y con mayor equilibrio social.
No es un camino exento de retos —precios, clima, rentabilidad, acceso a la tierra—, pero los datos confirman que el campo asturiano no solo resiste: avanza.
