Asturias va a cerrar el año con el cartel de lleno colgado en medio territorio. Hoteles urbanos rozando el completo, casas rurales reservadas para grupos y familias desde hace semanas y una restauración que vive estas fechas con las mesas ocupadas y las agendas cerradas. Diciembre ha salvado el ejercicio y lo ha hecho con fuerza, convirtiéndose en uno de los mejores finales de año que recuerda el sector turístico regional.
Tras un otoño irregular, sin grandes puentes en octubre y noviembre, la recta final del año ha cambiado por completo el escenario. El calendario ha jugado a favor y la combinación de festivos, fines de semana largos y celebraciones familiares ha disparado las escapadas. El resultado es claro: Asturias está llena.
Hoteles urbanos al límite: el lujo marca el ritmo
La hotelería urbana se mueve en cifras altísimas. La ocupación media supera el 96%, con picos que alcanzan el 99% en los establecimientos de cinco estrellas. Oviedo y Gijón vuelven a ejercer de polos de atracción, no solo para estancias turísticas clásicas, sino para viajes ligados a la celebración: Nochebuena, Nochevieja, comidas especiales y escapadas de dos o tres noches con todo organizado.
El perfil del visitante también ha cambiado: menos improvisación y más reserva anticipada, más gasto por estancia y una clara preferencia por alojamientos de mayor categoría. “Si es para celebrar, se celebra bien”, resumen desde el sector.
El turismo rural se llena… cuando la casa es para todos
En el turismo rural el comportamiento es desigual, pero con un patrón muy marcado: la casa completa arrasa. Familias y grupos de amigos buscan intimidad, chimenea, mesa larga y varios días juntos. Ese formato está funcionando especialmente bien y explica los altos niveles de ocupación en muchas zonas del interior.
Las habitaciones sueltas, en cambio, acusan más la estacionalidad, lo que deja un balance dispar según el tipo de alojamiento. Aun así, el cierre de año es positivo y se ve reforzado por un elemento clave: los bonos turísticos del Principado, que han empujado muchas decisiones de última hora y han convertido dudas en reservas firmes.
Bungalós y campings: el plan cerrado convence
También los campings con bungalós viven un buen final de año. La fórmula de alojamiento más cena y planes cerrados para grupos ha tenido una respuesta excelente, con decenas de reservas confirmadas para estas fechas. Es otro ejemplo de una tendencia clara: el visitante quiere comodidad, experiencia completa y cero complicaciones.
Restauración: mesas llenas y reservas cerradas
El lleno en alojamientos se traduce directamente en la hostelería. Bares y restaurantes rozan el completo, especialmente en comidas y cenas de grupo. Hay más reservas que improvisación y un consumo claramente asociado a la celebración: menús especiales, sobremesas largas y gasto medio al alza.
El sector habla de una sustancial mejora respecto a diciembre del año pasado, tanto en volumen como en calidad del consumo. No es solo que haya gente: la gente sale y consume.
Asturias, destino refugio en invierno
Este cierre de año confirma una tendencia que se consolida: Asturias funciona como destino refugio para el turismo nacional. No depende del sol ni del calor, sino de una mezcla que en invierno cobra fuerza: ciudades vivas, gastronomía reconocible, paisaje, tranquilidad y la sensación de estar “en casa” aunque se esté fuera.
Mientras otros destinos concentran el turismo en eventos muy concretos, Asturias reparte el lleno entre ciudad, costa, interior y montaña. No hay un único foco, sino muchos pequeños motores funcionando a la vez.
Un final fuerte… y un reto por delante
El balance es claro: 2025 se cierra bien, muy bien, gracias a un diciembre excepcional. Pero el propio sector lo sabe: el reto no es llenar en Navidad, sino convertir este éxito en una base más estable durante el invierno, evitando que enero y febrero vuelvan a ser meses de travesía.
Por ahora, Asturias despide el año con los números a favor y las mesas llenas. Un final de ejercicio que no solo deja buenas cifras, sino también una certeza: cuando el calendario acompaña y el producto encaja, el turismo asturiano responde… y lo hace con fuerza.
