La esperanza volvió a desvanecerse este miércoles en la balsa minera de Berbes, en Ribadesella. Tras dos jornadas de rastreo exhaustivo, un enorme despliegue técnico para vaciar miles de metros cúbicos de agua y la irrupción de un vehículo sumergido que hizo pensar en un posible avance en el caso, la Policía Nacional decidió suspender la búsqueda de María Trinidad Suardíaz —Mari Trini— y su hija Beatriz, desaparecidas hace 38 años.
El motivo: la furgoneta localizada no coincide en modelo, ni en fechas, ni en ninguna característica relevante con los vehículos vinculados a Antonio María da Silva, “el Portugués”, marido y principal sospechoso de la desaparición.
La decepción fue inmediata. La UME había trabajado desde primera hora en un operativo complejo para drenar la balsa, un depósito con más de 15.000 metros cúbicos de agua y un fondo colmatado de lodos y sedimentos. Las bombas de gran capacidad —capaces de extraer 300 metros cúbicos por hora—, junto a otras auxiliares, permitieron retirar aproximadamente 2.000 metros cúbicos en la mañana del miércoles. La previsión era clara: llegar a dos vehículos sumergidos que habían sido balizados con anterioridad por el GEO.
Sin embargo, lo que emergió fue una única furgoneta, deteriorada por décadas bajo el agua, pero claramente incompatible con la hipótesis principal del caso. Tras una inspección ocular y el análisis inicial de la Policía Científica, se concluyó que el hallazgo no aportaba nada a la investigación.
La decisión de suspender el operativo se tomó a primera hora de la tarde. Ni la UME ni las unidades especializadas de la Policía Nacional continuarán por el momento los trabajos. Tampoco se esperan nuevas revisiones forenses del fondo de la balsa, cuyos sedimentos hacen extremadamente difícil avanzar sin comprometer la seguridad de los equipos.
Un caso que lleva casi cuatro décadas abierto en canal
La desaparición de Mari Trini y su hija ocurrió en 1987, en la provincia de León. Ella tenía 24 años; la niña, 13 meses. La investigación siempre estuvo marcada por la sombra de su marido, Antonio María da Silva. Mari Trini le había denunciado por malos tratos poco antes de desaparecer.
Da Silva sostuvo durante años que madre e hija se habían marchado voluntariamente a Portugal, pero esa versión nunca convenció a los investigadores, ni a la familia, ni a varios vecinos que, con el tiempo, fueron aportando testimonios clave.
La causa fue reabierta recientemente. En dos viviendas del sospechoso, en Matadeón de los Oteros y en Berbes, se localizaron documentos y enseres, aunque ningún rastro de las desaparecidas. La nueva línea de investigación surgió precisamente de vecinos de Ribadesella que afirmaron que “el Portugués” habría arrojado dos vehículos a la balsa minera abandonada hace décadas.
Ese testimonio llevó al hallazgo de dos estructuras metálicas sumergidas, que activaron el desbloqueo de un operativo sin precedentes en la zona. Durante la intervención previa del GEO se balizaron dos supuestos vehículos, lo que abría la puerta a un hallazgo histórico.
Pero la realidad, una vez drenada parcialmente la balsa, fue tozuda: la furgoneta recuperada no guarda relación con el caso.
¿Y ahora qué? Preguntas abiertas tras el frenazo
Aunque la suspensión del dispositivo deja en pausa el avance del caso, los investigadores no consideran la búsqueda cerrada definitivamente. Existen varios interrogantes:
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¿El segundo vehículo detectado en los sondeos previos está aún enterrado en el lodo?
La enorme densidad de sedimentos podría haber ocultado parte de las estructuras localizadas inicialmente. -
¿Podrá reanudarse el vaciado con nuevas estrategias técnicas?
El terreno es extremadamente inestable y la seguridad de los equipos es prioritaria. -
¿Existen otras localizaciones vinculadas al sospechoso que puedan ser investigadas?
Se mantienen abiertas líneas alternativas fuera del ámbito de Berbes. -
¿El propio Da Silva, hoy de 81 años e ingresado en una residencia, podría aportar algún tipo de testimonio adicional?
Su silencio —y su deterioro de salud— complican esta vía.
Por ahora, la Policía Nacional ha informado de que mañana se emitirá un parte oficial con el cierre temporal de esta fase del operativo.
Un golpe emocional para Ribadesella y para quienes llevan 38 años esperando respuestas
Los vecinos de Berbes —muchos de los cuales fueron decisivos al relatar lo que vieron o escucharon en los años 80— han seguido la búsqueda con enorme expectación. Para ellos, y para los familiares que aún esperan algún tipo de desenlace, lo sucedido hoy es un nuevo mazazo.
El caso de Mari Trini y su bebé sigue siendo uno de los episodios más inquietantes y dolorosos de la crónica negra reciente en la España rural. Ribadesella volvió a soñar durante unas horas con que quizás, esta vez sí, aparecería una pista definitiva.
Pero el misterio, 38 años después, continúa intacto.
