Recetas de una abuela asturiana: La receta que yo faría si me contraten nun cruceru

Recetas de una abuela asturiana: La receta que yo faría si me contraten nun cruceru

¡Ay, cielinos míos! Si algún día me llamen pa cocinar nun cruceru, yo, Balbina, la de Pravia, marcho sin pensalo dos veces. Ya me veo yo, con el mandil bien plancháu, pel pasillu del barco, y un capitán guapu diciéndome: “¡Abuela Balbina, prepare usted el menú del día que tenemos los pasajeros con fame fina!”. Y yo, claro, sacaría pecho y diría: “Pues hoy van a comer como Dios manda”.

Porque si voy a cocinar nun cruceru, no voy facer cualquier cosa, ¡no señor! Hoy traigo la receta que tendría que ser la estrella del barco, el plato que haría que la gente repitiera cruceru solo por volver a comelo. Y esa receta mía sería:

Merluza del Cantábricu con crema de mariscu y patatines a lo marino

Una receta de mar, de les que saben a espuma y a gloria bendita.

Ingredientes (pa cuatro pasajeros finos):

  • 4 buenos trozos de merluza del Cantábricu (que sea fresca, de verdá).

  • Un puñáu de gambes y mejillones.

  • 1 cebolla picadina.

  • 1 diente d’ajo.

  • 1 chorru de sidra natural.

  • 2 patatines medianos.

  • 1 cucharada de mantega.

  • Sal, perejil y un poco de nata líquida.

Elaboración:

  1. Preparar la base de mariscu:
    En una potina, sofrío la cebolla y l’ajo con mantega hasta que huelan a gloria. Echu les gambes y los mejillones, dejo que se abran y suelten el caldín. Añádese un chorru de sidra (porque ye cruceru, pero sigo siendo asturiana) y dejo que hierva un poco. Trituro todo bien fino y paso por colador.

  2. La merluza:
    En otra sartén, un poco d’aceite y vuelta y vuelta a la merluza, que se dore sin perder el alma. Luego cúbrolo con la crema de mariscu que preparé antes, y dejo que hierva todo juntín cinco minutos.

  3. Les patatines:
    Les corto en rodajas finines y las frío hasta que queden doradines, como les que ponen en los hoteles caros.

  4. Montaxe del platu:
    Pongo la merluza en el centru, la crema por enriba, y les patatines alrededor, en forma de rueda de barco. Por enriba, un poco de perejil picáu y una gotina de nata.

Y pa acompañar...

Una copina de vino blancu frío y pan cruxiente, que ya sabéis que sin pan, la salsa llora.

Diz la gente que los cruceros tienen chefs con estrella Michelin, pero yo digo que a más de un chef le ganaría yo con esta merluza del Cantábricu.

Porque esta receta sabe a mar, a hogar y a ilusión. Y si un día subo a un cruceru, juro que la sirvo yo misma con mi delantal azul, y que el capitán repite plato.

Bon provechu, cielinos.
Que aunque nunca pisara un cruceru, con esta receta viaxo yo más que los d’a bordo.

—Abuela Balbina, cocinera de los mares que aún sueña con ver el mundo desde la cocina del barco. 

 

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