'Esconderé mi rostro': un crimen imposible, una sentencia inédita

Esconderé mi rostro: un crimen imposible, una sentencia inédita

Tras La sastrería de Scaramuzzelli , Guillermo Borao regresa con un thriller psicológico que lleva la identidad al límite y muestra cómo un entorno cruel puede empujar la fragilidad humana hasta la locura. En la isla de La Loma, un hombre aguarda una sentencia inédita: ser declarado culpable e inocente a la vez por un crimen cometido hace más de treinta años. Para entenderlo, se reconstruye la vida de Rytas Delmen (marcada por el abandono y el rechazo social). Con pulso firme, el autor se adentra en el trauma, la salud mental y el acoso escolar

 

 

Título: Esconderé mi rostro
Autor: Guillermo Borao
Páginas: 304
Precio: 21,90 €
Publicación: 23 de octubre de 2025

 

Sinopsis

Después de solicitar la visita de unos investigadores, alguien que dice ser un buen amigo de Rytas Delmen repasa con ellos los detalles de su historia, desde su llegada a la isla hasta los secretos de su confesión. Durante un día entero, hablarán de la infancia del acusado en Lituania y del viaje que lo liberó de su pueblo natal, Timisos, para condenarlo en Madrid por el asesinato de sus cuatro compañeros de piso.

Esconderé mi rostro recorre las fases del ciclo celular con un único objetivo: dividirse para sobrevivir. ¿Es posible que la frustración de Rytas, con su ansia vengativa, acabara partiéndolo por la mitad?

 

TEMAS CLAVE DE LA NOVELA
1. Odio injustificado de la sociedad: A Rytas lo
abandona su madre tras el parto. Lo deseaba, lo había
esperado con alegría, y lo rechaza en cuanto lo tiene
entre sus manos, igual que hacen todas las personas
que se cruzan en su camino. Por alguna razón, Rytas
provoca en quien lo mira una sensación de desprecio,
que no es sino el desprecio que sentimos por noso-
tros mismos.
«No tengo ninguna duda de que el niño es mío, de
que lo quise durante más de nueve meses y de que
ahora, cuando lo veo aquí dormido, me provoca una
angustia y un malestar que no son normales, se lo
aseguro. Obsérvenlo bien. ¿A ustedes los atormenta?
Porque a mí es como si me enseñase aquello que más
me avergüenza admitir. ¿Es esto posible, que un recién
nacido sea capaz de mostrarnos lo peor de nosotros?».
2. Búsqueda del destino y de la felicidad: Rytas
se aferra a su esperanza de encontrar su lugar. De
pequeño, descubre una página en una revista que
dice: «Si quieres ser feliz, ven a Madrid». Ese objeti-
vo lo ayuda a resistir desde su soledad y su tristeza
cualquier contratiempo, como la severidad de su pa-
dre adoptivo, la marginación de su única amiga o el
síndrome del impostor que lo persigue. Su infancia no
es distinta de la de un muchacho que siente que ha
caído en el hogar equivocado y que ha reemplazado
al hijo que ya no vive allí.
«Rytas creció con la marca del reemplazo, algo de-
masiado común en quienes ocupan el espacio de otro.
¡Oh!, no, no se equivoquen, nada tiene que ver con la
adopción o la orfandad. Tanto ustedes como yo hemos
podido sufrir la pena de saber que estamos sustitu-
yendo a alguien, a veces desde la cuna, con una cria-
tura que murió temprano, y otras en plena madurez,
con amantes o esposos que nos recuerdan cada día
el amor incondicional que aún reservan a sus antiguas
parejas. Ya se figuran cuál es la función de estos des-
graciados: tapar el agujero de la nostalgia».
3. Bloqueo de la memoria como forma de pro-
tección: Cuando el ser humano no es capaz de acep-
tar lo que ha sucedido, su cerebro reacciona, a veces
olvidando y otras inventando una nueva realidad.
Rytas se engaña a sí mismo hasta el punto de que
duda de lo que ha hecho; ya no sabe si ha matado a
cuatro personas o si, de tanto que lo ha imaginado,
siente que ha acabado con sus vidas cuando los ha
dejado marchar.
«El mundo entero se acaba con cada uno de no-
sotros. Echen un vistazo allá, al faro. ¿Qué ven? Yo, una
antena parabólica, dos lámparas gigantes y cuatro
franjas pintadas de rojo y blanco para que los barcos
sepan de su acceso a la isla. ¿Y son rojas y blancas? Así
lo creo, pero, si me dijesen ustedes que son azules, ver-
des y amarillas, como si hubiésemos llegado a Brasil y
no al lugar donde estamos, tampoco podría rebatirlos,
puesto que no dudo de que su universo difiera algo del
mío, aunque convivan. Si ustedes murieran ahora mis-
mo, ¡su Brasil también moriría! No nos damos cuenta
de lo especiales, de lo singulares que somos. Nada
queda si nos vamos; nacimos con la responsabilidad
y la condena de crear una realidad única, y, cuando las
luces se apagan, ¡chas!, se apagan el sol, la luna, la cro-
nología, la existencia…».
4. El desamor y la incomprensión terminan por
rompernos: Rytas lo aguanta todo, salvo el dolor que
le provoca Rebecca, la chica de la que se enamora. En
Madrid, alquila una habitación en un piso comparti-
do con cuatro inquilinos. Estos, que no se soportan,
acordarán pasar un rato con él por separado a lo largo
de una jornada. Los encuentros con Rytas son un de-
sastre, pero ninguno le afecta lo suficiente hasta que
vuelve a casa y descubre a Rebecca con la última per-
sona que imaginaba.
«Un ventilador, a los pies de la estantería, removía la
sordidez del aire febril y desprendía un olor macerado,
como a fruta rancia, pero nada le importaría a Rytas el
hedor del cuarto, sino la media zancada que dio hacia
lo que no se desea conocer. Un paso, sesenta centíme-
tros, el último gran estirón de su crecimiento, el salto
decisivo de la juventud a la madurez, de la inocencia a
la tiranía, de la emoción al desgaste, del amor a la an-
hedonia, de todo cuanto había creído que mejoraría en
esa ciudad pródiga a la realidad reiterativa de que uno
carga hasta el último de los días con su cruz».

 

El autor

Guillermo Borao (Zaragoza, 1990) es graduado en Periodismo por la Universidad San Jorge y máster en Cine y Televisión por la Universidad Carlos III de Madrid. Ha obtenido más de veinte reconocimientos literarios en certámenes nacionales e internacionales de relato corto, además de una beca de residencia en la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores. En 2023, la Diputación Provincial de Zaragoza, junto con los libreros de la ciudad, destacó su trayectoria en la literatura aragonesa por su ópera prima, La sastrería de Scaramuzzelli, incluida en la lista colectiva de Babelio como una de las veinte mejores novelas del año.

 

(c) Pau Sanclemente

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