1) España: más población gracias a la inmigración, y más asilo que casi nadie en la UE
España alcanzó un máximo histórico de población en abril de 2025: 49,15 millones de habitantes. El crecimiento se explica sobre todo por el aumento de residentes extranjeros, que ya suman casi siete millones. Las nacionalidades con más llegadas en 2024 fueron la colombiana, la venezolana y la marroquí.
España se sitúa además entre los países de la Unión Europea que más solicitudes de asilo recibe, tanto en cifras absolutas como en tasa por habitante. En 2024 se registraron 167.366 peticiones, y en 2025 el ritmo continúa alto. El punto crítico está en la baja tasa de concesión: apenas un 18,5% de las solicitudes se reconocen, muy por debajo de la media europea, que ronda el 46%.
En cuanto a la inmigración irregular, los balances del Ministerio del Interior muestran que las entradas por mar en 2025 son inferiores a las de 2024, con un descenso en Canarias pero un repunte en Baleares.
2) ¿Más inmigración = más delincuencia? Lo que dicen los datos
La tasa de criminalidad en España se sitúa en torno a 40 delitos por cada mil habitantes, uno de los registros más bajos de los últimos años. En Asturias la cifra es aún menor, unos 34 delitos por cada mil habitantes, lo que coloca a la región entre las más seguras del país.
Los estudios académicos que comparan niveles de inmigración y delincuencia coinciden en que no existe un vínculo automático: los factores socioeconómicos (paro, exclusión, marginalidad) son más determinantes que la nacionalidad.
Los Centros de Internamiento de Extranjeros, destinados a retener a personas en situación administrativa irregular, reflejan que la mayoría de internos no tienen condenas previas y que casi la mitad no acaba siendo repatriada.
3) Asturias: demografía, empleo y servicios
En Asturias viven algo más de 100.000 personas nacidas en el extranjero, lo que supone un 10% de la población total. De ellas, unas 60.000 mantienen nacionalidad extranjera, alrededor del 6%. Ambas cifras crecen año a año.
El Principado gana población gracias a la inmigración: solo en 2024 se incorporaron unos 8.000 habitantes extranjeros, un factor decisivo para una región envejecida que sin ese aporte perdería población.
En el mercado laboral, la afiliación de trabajadores extranjeros marca récords: en verano de 2025 se contabilizaban más de 29.000 cotizantes. Su aportación resulta clave en sectores con falta de mano de obra, como la hostelería, los cuidados, la agricultura y la construcción.
En seguridad, Asturias se mantiene entre las comunidades más tranquilas de España, con tasas de criminalidad más bajas que la media nacional.
En cuanto a servicios públicos, las listas de espera en sanidad o la presión sobre la vivienda son problemas reales, pero no se pueden atribuir de manera directa a la inmigración. Influyen factores estructurales como la falta de financiación autonómica, la concentración de población en áreas urbanas y el envejecimiento general de la región.
4) ¿Qué propone el PP con su “visado por puntos”? ¿Y qué hacen otros países?
El Partido Popular ha lanzado la idea de un sistema de inmigración laboral por puntos inspirado en Canadá. Allí, el modelo pondera la edad, los estudios, los idiomas, la experiencia laboral, la oferta de empleo y la adaptabilidad. Australia funciona con un esquema similar. Alemania, por su parte, ha creado la “tarjeta de oportunidades”, que puntúa idioma, experiencia, edad y vínculos, permitiendo entrar durante un tiempo limitado para buscar empleo, junto a la Tarjeta Azul de la UE para cualificados.
El Gobierno central, en paralelo, estudia una posible regularización extraordinaria vinculada a una iniciativa legislativa popular respaldada por ONG, lo que tensiona aún más el debate político. Vox mantiene una postura restrictiva, centrada en endurecer requisitos, frenar nacionalizaciones y reforzar expulsiones.
5) Riesgos reales y oportunidades (para Asturias)
Riesgos:
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Mercado de vivienda tensionado en Gijón y Oviedo, con riesgo de guetos si no hay planificación.
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Burocracia lenta en la tramitación de asilo, homologación de títulos y permisos de trabajo.
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Riesgo de discursos políticos simplificadores que asocien inmigración con inseguridad.
Oportunidades:
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Rejuvenecer la pirámide poblacional en una de las comunidades más envejecidas de España.
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Sostener el mercado laboral en sectores donde faltan trabajadores.
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Aprovechar modelos internacionales de atracción de talento (Canadá, Australia, Alemania) para casar las necesidades locales con perfiles de inmigración cualificada.
Con los datos en la mano, la inmigración no es hoy un problema de seguridad en Asturias. Sí es un reto de gestión: coordinar políticas de acogida, vivienda, empleo y formación para aprovechar el efecto positivo sobre la demografía y la economía.
El debate sobre un visado por puntos puede abrir la puerta a ordenar mejor las llegadas y cubrir vacantes de forma transparente, pero el desafío sigue siendo local: que Asturias convierta la inmigración en una oportunidad para sostener su futuro, sin caer en alarmismos ni improvisaciones.