La “Operación Sancho” concluye con cinco detenidos, entre ellos los cabecillas, un matrimonio reincidente, y la incautación de 500 dosis listas para la venta, coches de lujo y material para procesar cocaína.
La Policía Nacional ha asestado un duro golpe al narcotráfico en Avilés tras desmantelar una de las redes más potentes que operaban en la ciudad. El clan, liderado por un matrimonio de 60 años con un amplio historial delictivo, había convertido una macrofinca en un auténtico búnker inexpugnable, con sistemas de vigilancia y zulos para esconder la droga. La operación, bautizada como “Operación Sancho”, culminó con la detención de cinco miembros de la organización y el decomiso de droga, vehículos de alta gama y otros bienes.
Un fortín contra la policía
La investigación, que se prolongó durante un año, se topó con todo tipo de obstáculos. La finca estaba rodeada por un vallado perimetral, equipada con un circuito cerrado de cámaras, accesos blindados e incluso una sala de control para vigilar cada movimiento en el exterior. Dentro, la residencia había sido transformada en un centro de venta: salas de espera para los clientes, puertas interiores comunicadas para huir con rapidez, estufas y sumideros para destruir pruebas en caso de redada.
El clan, que conocía bien las técnicas policiales, ocultaba parte de la droga en zulos y edificios abandonados cercanos, para despistar a los investigadores. No obstante, las pesquisas consiguieron reunir las pruebas necesarias y obtener la autorización judicial para la entrada y registro.
El botín del operativo
El despliegue policial, con decenas de agentes de distintas especialidades, logró desmantelar por completo la base de operaciones. En el registro se incautaron 500 dosis de cocaína y heroína ya preparadas para su distribución —casi 100 gramos en total—, además de útiles para la manipulación de estupefacientes, armas blancas, material informático, cuatro vehículos de lujo y alrededor de 1.000 euros en efectivo.
La red había dado un paso más en su actividad: llegó incluso a elaborar pasta base de cocaína, lo que le permitió incrementar sus beneficios y adquirir coches de alta gama y joyas de elevado valor.
Los cabecillas, en prisión
Tras la operación, el Juzgado de Instrucción de Avilés decretó el ingreso en prisión de los dos líderes del clan, mientras que el resto de detenidos quedaron igualmente a disposición judicial.
Con este golpe, la Policía Nacional da por desmantelado un entramado criminal que llevaba años abasteciendo droga en Avilés y que había conseguido blindarse contra la acción policial gracias a un sofisticado entramado de seguridad.