¡Ay, mis queridinos! Hoy vengo con el mandil bien atado y el moño más tiesu que nunca, que mi nietina Lourdes cumple 13 años. Trece, que ni ye guaja ni ye moza… ¡esa edad tan graciosa que unas veces quieres verte en el espejo y otras esconderte bajo la manta! Me pidió que le preparara una merienda pa’ impresionar a sus amigas, y yo, que tengo más años que los picuetos de Covadonga pero más arte que una verbena en agosto, me puse manos a la masa.
Porque ya sabéis el refrán: “Cumpleaños sin mesa llena, ye como fiesta sin gaita.” Así que hoy vamos a preparar un banquete de cumpleaños asturiano con un toque moderno, que pa’ eso hay que ganarse el corazón de las guajinas y que digan: “¡Qué abuela tienes, Lourdes!”
El menú del cumple (pa’ 6 mozas hambrientas y una abuela feliz)
1. Bollinos preñaos minis (porque nada dice Asturias como el olor a chorizo)
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Haré unos bollinos pequeñinos, que entren de un bocado, con chorizo del bueno, que al abrirlos suelten el aroma que hace llorar hasta a los santos.
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Trucos de la Balbina: la masa reposando como guaje dormido, con cariño y manta por encima.
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Pa’ los moderninos: los sirvo en una cesta mona, con un pañu bordado.
2. Mini cachopinos de pollo (porque el cachopo es religión)
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Pollo empanado con jamón y queso que se estira como chicle bueno.
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Hechos pequeñinos, que son más finos y menos de “espatarrao”, pa’ que las guajinas puedan comer sin manchar el TikTok.
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Con patatinas chips caseras que crujen más que les hojas en otoño.
3. Batido de freses con nata y chispa de hierbabuena
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Batido rosa, de esos que te hacen sentir protagonista de serie americana, pero con freses asturianes de verdad.
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La nata montada a mano, que tengo brazo fuerte de amasar pan desde los tiempos de Mari Castaña.
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Se sirve en vasinos de cristal con pajita de colores, que ya sabéis: “Con poco se hace fiesta.”
4. Tarta arcoíris con mantequilla y limón
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Porque pa’ impresionar a las amigas, nada como cortar una tarta y que parezca un arcoíris.
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Bizcocho esponjosu, rellenu de crema de mantequilla con toque de limón, que refresca y alegra el alma.
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Decoración: virutinas de colores, flores comestibles y el número 13 bien grande, que hay que presumir.
5. Brochetas dulces de nube y chocolate
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Pinchamos nubecines, galletas y fruta bañada en chocolate negro.
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Pa’ dar el toque Balbina, las sirvo en una piña de verdad, pinchadas como si fuera árbol de Navidad veraniegu.
Decoración y ambiente (porque esto no ye solo comer)
La Balbina sabe que a estas edades lo que se lleva son les fotos pa’ Instagram, así que puse:
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Guirnaldinas de papel colgando, que huelen a infancia de verdad.
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Mantelín de cuadros rojos, porque la tradición nunca pasa de moda.
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Y un rincón pa’ selfies, con un marco que dice: “Cumple de Lourdes, la reina del prau.”
Plan de juegos (porque con barriga llena también hay que reír)
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Carrera de cucharas con huevos (de los cocidos, que no estamos pa’ disgustos).
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Adivina el sabor: prueban a ciegas dulces y frutas raras.
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Baile improvisado con gaita remix (Balbina controla Spotify, no problem).
El toque final de la Balbina
Cuando las guajas se vayan pa’ casa, llevarán bolsinas con galletas de mantequilla hechas a mano. Pa’ que digan: “¡Qué abuela tienes, Lourdes!” y yo pueda dormir tranquila sabiendo que he dejado huella.
Y así, mis cielinos, se monta una merienda de cumple que ni en la mejor serie de Netflix. Porque aquí hay tradición, hay sabor y, sobre todo, hay amor de abuela, que eso ye lo que más llena. Recordad siempre: “Con sidra, amigos y un buen bocado, el corazón siempre ta contento.”
Venga, que voy a descansar un poco, que ya monté más fiesta que la del prau de San Mateo. Y vos digo una cosa: como me pidan otro cumple así… ¡igual monto un catering y me forro!