¡Ay, cielinos míos! Que me vengo arriba otra vez con les recetes que vos traigo, que me da a mí que voy acabar faciendo un llibru con to lo que vos cuento. Hoy toca un apaño de los buenos, de los de andar per casa, que como anda el precio del cabracho más subido que un gochu a un árbol, pues vos traigo una solución de les mías, de abuela lista y con años de espumadera. ¡Vamos allá con el pastel de conservas de pescado, al estilo Balbina!
Mira, en casa antes faíemos pastel de cabracho cuando tocaba fiesta o venía visita. Pero agora, con lo caru que ta’l bicho ese con pinchos, tiramos de latinas que tamién dan apaño. Y no sabéis lo rico que sale. Que esto ye como un trampantojo asturianu: sabe a cabracho, pero engaña más que la sidra dulce.
Ingredientes (de andar por casa, como tien que ser):
-
2 latas de atún (o caballa, o bonito, lo que tengáis).
-
1 lata de sardinillas (bien escurrida, ¡eh!).
-
1 cebolla grande picada en chiquitín.
-
4 huevos hermosos.
-
200 ml de nata líquida o leche evaporada (según lo que vos sobre).
-
2 cucharadas de tomate frito del güenu.
-
Perejil, sal y pimienta al gustín.
-
Un chisquín de aceite d’oliva pa pochar la cebolla.
-
(Y si queréis ponéivos finos: un poco de pimiento rojo asao picáu o unas alcaparrinas).
Elaboración paso a paso (como si vos lo contara al calor de la cocina)
-
Ponéivos el mandil y encended el fornín a 180°C, que vaya calentando.
-
En una sartén con un chorrín de aceite, pocháis la cebolla hasta que quede transparente, como les verdades de un político.
-
En un bol grande, batís los güevos como si tuvieraís que pagar factures con ellos.
-
Añadís la nata, el tomate frito, sal, pimienta y el perejil. Mezcláis bien, y luego incorporáis la cebolla y los pescadinos escurríos y desmenuzaos.
-
Todo eso lo echáis en un molde untado con mantequilla o forrao con papel de hornear, que luego no se pega.
-
Al horno va durante 30-40 minutos. Pincháis con un palillín pa ver si ta cuajao. Si sale seco, ¡pa fuera!
-
Dejáilo enfriar un poco antes de desmoldar. Y si lo coméis al día siguiente, ye gloria bendita.
Conseyu de la abuela:
Si tenéis convidáu especial, ponéis perrín y echáis algo de centollu, o un poco de oricios, y ya ye otro cantar. Pero con les latas, os digo yo que triunfáis igual. Y acompañáu con un poco de mahonesa casera o un alioli suave, ¡ye un manjar de dioses y de sidreros!
Y ya vos dejo, cielinos, que tengo la olla con fabes llamándome como una madre a la hora de la cena. Que cocinéis esto, lo probéis y lo compartáis con la familia, que pa eso son los sabores de verdad, los que nos xunen.
¡Hasta mañana, que vos vea guapos y con fame! La güela Balbina, que cada día vos quiere más, y ya empieza a saludar a todo el pueblo cuando va a comprar el pan.