El nombre de Javier Pérez-Dolset vuelve a resonar con fuerza en los mentideros políticos y judiciales de España. Este empresario madrileño, conocido por fundar la empresa de videojuegos ZED y ser hijo del también empresario Juan Antonio Pérez, ha reaparecido en escena envuelto en un turbio asunto de "fontanería política" para beneficiar al PSOE y erosionar a la Guardia Civil. Pero ¿quién es realmente este personaje? ¿Qué hay detrás de su historia de riqueza, soberbia y escándalos?
Un apellido con herencia y un ego desbordado
Nacido en el seno de una familia acomodada, Javier heredó no solo dinero, sino una ambición desmesurada por ser referente en el mundo empresarial y cultural. Su padre, Juan Antonio, fue fundador del grupo Zeta y editor influyente en los años ochenta. Javier decidió seguir sus pasos pero en el terreno de la tecnología y los videojuegos.
En 1996 fundó ZED, una compañía de contenidos móviles que llegó a operar en más de 60 países. En su momento de apogeo, ZED facturaba cientos de millones de euros. Pero la soberbia del empresario, su falta de escrúpulos en la gestión y su complejo de mesías acabaron minando lo que prometía ser un gigante internacional.
El escándalo de ZED y los 100 millones en Panamá
En 2017, Pérez-Dolset fue imputado en la llamada Operación Hanta, que destapó una presunta trama de desvío de fondos públicos, estafa y blanqueo de capitales a través de la empresa ZED. La cifra que más escandalizó entonces: más de 100 millones de euros desviados a paraísos fiscales, principalmente a cuentas en Panamá.
El empresario se defendió alegando que todo formaba parte de una conspiración para destruir su imperio, pero la realidad es que las irregularidades contables, la desaparición de fondos y la estructura societaria opaca hablaban por sí solas. El caso aún sigue en los tribunales y pesa como una losa sobre su reputación.
Vuelve con el PSOE y las cloacas políticas
El último capítulo de esta historia digna de serie de Netflix ha estallado en mayo de 2025. Pérez-Dolset habría participado en una operación política para reunir pruebas contra miembros de la Guardia Civil en un intento de beneficiar al PSOE. Medios nacionales ya han apuntado a su rol como "operador en la sombra", recopilando testimonios, manipulando narrativas y usando su red de contactos empresariales y mediáticos.
No es la primera vez que se le relaciona con el poder político. Durante años fue un visitante habitual de los despachos del Gobierno, participó en proyectos audiovisuales con subvenciones millonarias y gozó de un aura de "emprendedor visionario" que muchos ahora consideran pura fachada.
Un carácter egocéntrico y mesiánico
Quienes han trabajado con él coinciden en su carácter arrogante, su desprecio por las normas y su convicción de que está llamado a liderar la revolución cultural y digital del país. Se rodea de aduladores, desprecia la crítica y jamás ha reconocido errores. Su caída no le ha enseñado humildad; al contrario, parece convencido de que el sistema le debe una redención.
La justicia sigue los pasos de un hombre que se resiste al olvido
Pese a sus intentos de reinventarse, Javier Pérez-Dolset arrastra una mochila judicial y reputacional de dimensiones colosales. Empresario caído, magnate cuestionado y ahora presunto peón político, su figura vuelve al foco mediático no por méritos, sino por maniobras oscuras que podrían salpicar a más de un alto cargo.
La pregunta es inevitable: ¿volverá a salirse con la suya o esta vez tendrá que rendir cuentas?