Una vecina alertó del vehículo abandonado tras notar un olor persistente durante días. El cuerpo, en avanzado estado de momificación, yacía sobre la cama de una camper en el barrio de Ciudad Naranco.
El hallazgo podría pertenecer a una novela de misterio, pero ha sucedido en pleno corazón de la capital asturiana. Este lunes, los agentes de la Policía Local de Oviedo encontraron el cadáver momificado de un hombre de mediana edad dentro de una furgoneta camper, estacionada desde hace semanas en un aparcamiento trasero del hotel Ibis, en la calle Ernesto Winter Blanco, en el barrio de Ciudad Naranco.
El macabro descubrimiento fue posible gracias al instinto de un perro. Su dueña, una vecina que pasea con frecuencia por esa zona, había notado que el animal se detenía siempre frente a la misma furgoneta. En los últimos días, un olor fétido empezaba a impregnar el entorno. Algo no encajaba. Llamó a la Policía.
Los agentes acudieron al lugar de inmediato. El vehículo, una furgoneta camperizada de color oscuro, no mostraba signos de violencia ni de reciente actividad. Al no recibir respuesta y confirmarse que el interior podía albergar algo más que equipaje olvidado, se solicitó la presencia del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) de Oviedo. Fueron ellos quienes forzaron la cerradura.
Lo que encontraron dejó helados a todos. Sobre la cama del vehículo, en posición yacente, se hallaba el cadáver de un varón en un avanzado estado de momificación, lo que sugiere que podría llevar muerto semanas o incluso meses. La descomposición estaba tan avanzada que no fue posible identificar de inmediato la fecha ni las causas del fallecimiento.
Las primeras pesquisas apuntan a que se trataría de un vecino de Siero, según la documentación hallada en el vehículo. Aunque no se han revelado más datos personales, fuentes policiales indican que junto a la furgoneta se encontraba también una motocicleta con matrícula de Almería, posiblemente también propiedad del fallecido, lo que podría arrojar luz sobre sus últimos desplazamientos.
La zona ha sido precintada y la investigación ha pasado a manos de la Jefatura Superior de Policía de Asturias. Por el momento, no hay indicios de criminalidad, aunque no se descarta ninguna hipótesis hasta la obtención de los resultados forenses.
Según declaraciones del concejal de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado, todo apunta a que se trata de una muerte sin violencia, pero la investigación determinará con exactitud las circunstancias. “Todo depende ahora del trabajo de la Policía Nacional. El estado del cuerpo complica mucho la datación exacta del fallecimiento”, indicó.
Vecinos del entorno han declarado que la furgoneta llevaba allí “desde hace bastante”, pero no pudieron precisar cuánto tiempo exactamente. “Al principio pensábamos que era de alguien que venía al hotel o de un trabajador en ruta, pero después empezó a oler raro”, explica un residente.
El suceso ha reabierto el debate sobre la vigilancia de vehículos estacionados durante largos periodos en zonas urbanas y la necesidad de sistemas de detección temprana para evitar que dramas como este pasen desapercibidos durante tanto tiempo.
La pregunta sigue en el aire: ¿Quién era aquel hombre? ¿Por qué murió solo en el interior de su furgoneta? ¿Cuánto tiempo llevaba allí? Solo el informe forense podrá empezar a responder a las incógnitas de un caso que, por el momento, solo tiene certezas estremecedoras.