Esta nueva acción cultural y educativa formará parte del programa social  Tendiendo Puentes

Desde el año 2017, el Museo de Bellas Artes de Asturias ha transformado y  perfeccionado su forma de relacionarse con el público visitante. Su interés y  compromiso por abrirse hacia la ciudadanía, ha impulsado desde entonces programas  educativos específicos con el fin de acercar a todas las personas el disfrute y  conocimiento de la pinacoteca asturiana, independientemente de su condición física,  cognitiva o social.  

A los ya conocidos programas para escolares, niños y familias, el departamento  de educación rediseñó entonces su mediación, ampliándola a otros colectivos que  albergó dentro del apartado de Accesibilidad e Inclusión: actividades con audio descripción para atender la discapacidad visual, inclusivas para familias con niños/as  con Trastorno del Espectro Autista, o de carácter intercultural dirigidas hacia colectivos  constituidos por personas migrantes. Sin olvidar, las visitas y talleres en las Aulas  Hospitalarias del HUCA, que se llevaron a cabo antes de la pandemia, o las visitas a  grupos de mujeres maltratadas que visitaron la pinacoteca. Por todo ello, la vertiente  social del museo es desde entonces una sólida realidad, la cual se ha sistematizado  con un escrupuloso trabajo en red que ahora pretende avanzar hacia una  institucionalidad porosa y expansiva, conectada con agentes muy diversos.  

A su indispensable labor de conservación, investigación, exposición y  comunicación, el Bellas Artes comenzó a abrirse a una nueva dimensión social al  adoptar un nuevo sentido para la población asturiana que evidenciaba los primeros  signos de apropiación simbólica por parte de los ciudadanos. Un espacio abierto y  receptivo a las inquietudes y necesidades de los públicos que lo visitan.  

Durante el presente cuatrimestre, el Museo de Bellas Artes de Asturias ha  puesto en marcha distintas iniciativas de acción social englobadas en el proyecto  Tendiendo puentes, cuyo objetivo principal persigue que la Institución se adapte a la  realidad social del contexto actual, garantice la accesibilidad y responda a las  necesidades de toda la ciudadanía, en especial, a la de aquellos colectivos que  presentan mayores dificultades para acercarse al Museo. En este sentido, los museos  han dejado de ser instituciones elitistas y cerradas para convertirse en auténticos espacios de encuentro y diálogo que hacen de sus colecciones su principal motor de  conexión y mejora, generando un espacio común.  

Dentro del programa Tendiendo puentes, en el que el Museo de bellas Artes de  Asturias colabora con la Concejalía de Centros Sociales del Ayuntamiento de Oviedo,  se han programado un total de ocho encuentros con diferentes centros sociales  ubicados en la periferia de la ciudad de Oviedo - Cristo II, Teatinos, Otero, Muñoz  Degraín, El Cortijo (La Corredoria), Naranco, Argañosa y Vallobín II -. Un programa  necesario e interesante que arrancará este jueves, 13 de octubre, en el  Cristo II, y se prolongará hasta el próximo mes de mayo.  

Su propósito es entablar un diálogo con los vecinos y vecinas para que  conozcan el Museo y sus colecciones e invitarles a que lo visiten en el marco de una  serie de visitas comentadas que se programarán a posteriori. Intensas tomas de  contacto a partir de las cuales la Dirección y el Departamento de Educación de la  pinacoteca asturiana llevarán a cabo una escucha activa con los futuros visitantes para  construir una relación sólida y a largo plazo en el marco del Museo de Bellas Artes de  Asturias.  

Una iniciativa, en definitiva, imprescindible para la necesaria cohesión social en  la que el Museo se presenta como un elemento de integración y de conocimiento  mutuo, un espacio donde tengan cabida ideas, reflexiones y experiencias, destinadas a  fomentar la convivencia, y donde el arte y la cultura se manifiestan como elementos  esenciales para la transformación social.

La experiencia del visitante potencial del museo es el resultado de la  superposición de una serie de procesos vivenciales que han de permitir que una  persona que no demuestra interés por visitar el museo, ya sea por desconocimiento,  por falta de formación o por no sentirse identificado con la institución, pase de una  primera visita casual a frecuentar el museo y con el tiempo llegue a convertirse en un  activo participante del mismo.