Superar el acoso escolar es asunto de niños fuertes y valientes, pero si le añades un accidente vascular debido al estrés que provoca un ictus y te ves en una silla de ruedas con hemiplejia entonces lo más probable es que te rindas. Felipe Colino, no, él se propuso superar lo insuperable y se enfocó en la recuperación. Un camino en el que le tocó enfrentarse a la soledad y a la minusvalía pero que le llevó a plasmar en un libro su experiencia para motivar a otras personas en situaciones similares. "Superando lo insuperable” se presenta el próximo día 13 de enero en el Antiguo Instituto Jovellanos de Gijón, la ciudad a la que considera su segunda patria.
El bulling comenzó cuando llegó a León con 10 años sin saber por qué “quizá porque venía de un pueblo, pero no lo entiendo, si somos todos niños…quién decide que hay que amenazar e intimidar a otro porque sea alto o bajo, o lleve gafas o sea de otro color…”. Un maltrato psicológico que sigue sin entender, “el que abusa suele ser el que más problemas tiene, quizá lo hace para que no se vean o no se fijen en él” reflexiona.
Empezar a colaborar con una emisora musical, 40 Principales León, a la temprana edad de 14 años mitigó su sufrimiento, “la música y la radio son mi pasión”. De ahí al Ejercito como técnico especialista, a crear un grupo de runners en la ciudad, colaborar en la radio y una ajetreada vida que “yo no vivía como estrés porque hacía lo que me gustaba” pero que su cuerpo entendió como un exceso de actividad que lo quebró con 32 años.
Le detectaron un cavernoma cerebral que se podía operar pero con el riesgo de sufrir un ictus quirúrgico, tuvo una parálisis en la parte derecha de su cuerpo que le dejó en una silla de ruedas, la cara caída, sin apenas hablar y sin mover el brazo derecho. Aunque superó el cavernoma los médicos le dieron las mínimas posibilidades de abandonar la silla, “yo decido superarlo porque en mi vida el No no existe; desde la cama del hospital y con el brazo derecho quieto yo ya entrenaba todos los días y ya no paré”. Algo más de 5 años después ha viajado a Gijón para probar con nuevos deportes que le interesaban como el surf y motos de agua “y el centro Recupera que es de los mejores, en mi caso para la mano”.
En este tiempo, duro, aprendió “que nunca hay que abandonar ni ponerse metas a un plazo demasiado largo”. A quienes sufren ictus o pasan por una situación similar a la suya les deja su mensaje: “No rendirse, puede que fracases pero más fracaso es quedarse en la cama y hay mucho por lo que luchar”.
En su caso, tras asombrar a médicos y rehabilitadores con su voluntad invencible, hay secuelas como la pérdida de memoria “he olvidado el inglés pero estoy en la academia de nuevo” sonríe. A través de las redes sociales conoció a su amiga Vanesa y está le puso en contacto con una escritora que le ayudó a plasmar su historia de valentía en un libro “yo sólo podía mandarle audios y a través de video conferencia hablarle de todo” y con él bajo el brazo llevará su historia a Gijón el próximo día 13 de enero a las 19 h en el centro de cultura antiguo instituto Jovellanos. La ruta continúa luego en el Auditorio Sede A Coruña el 26 de enero y otros lugares de España.
Felipe Colino sabe que las probabilidades en su caso eran pocas y trabajó y trabaja cada día en la recuperación de su cuerpo y su mente. Le entusiasma que le contacte gente con sus mismos problemas al día siguiente de poner carteles por Gijón anunciando la presentación de su libro y sueña con recorrer colegios y centros ayudando a la gente, “quiero hablar con los niños pero también con los padres, decirles que dejen soñar a sus hijos, que está bien protegerlos pero no ponerles trabas; hay que dejar que se estampen probando cosas nuevas, si hacen lo que hicieron sus padres es seguro pero eso no les ayuda a crear su propia historia”.
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