En la mitología asturiana destacan varios árboles por su  carácter sagrado, entre ellos el texu (tejo), el carbayu (roble), el acebu (acebo), y el lloreu (laurel).

El texu, representa el vínculo del hombre con la tierra, haciéndose presente la dualidad de la vida y la muerte. Sus hojas son perennes, pero todas sus partes, exceptuando la pulpa de su fruto, son venenosas.

Los Astures en la batalla del Monte Medulio, ante su derrota contra los romanos, para evitar su esclavitud , se dieron muerte con la espada y el veneno del texu.

Este árbol también simboliza el paso hacia el otro mundo y  la oscuridad. Por eso en Irlanda y bretaña en los cementerios en vez de cipreses, que es una costumbre romana, se plantan texos.

Junto con el roble  eran jueces de paz. Bajo el texu se reunía el conceyu, que mas  tarde  el cristianismo lo adoptó como identificación religiosa  construyendo iglesias y ermitas a la vera de este árbol.

Por San Juan  los jóvenes  prendían ramas de texu  en las puertas  o ventanas de la casa de su enamorada, quien a su vez le tiraba a éste las semillas del árbol.

El carbayu representa en nuestra cultura la realeza. En las iglesias de Santa Eulalia y la Capilla de Santa Cruz donde estuvieron enterrados  Pelayo y Favila respectivamente, aparecen grabadas en la piedra hojas de roble. También simboliza la justicia jurando en la antigüedad bajo el árbol sagrado como en la actualidad se hace sobre la Biblia.

Es famosa la leyenda en Oviedo del Carbayón y de cómo una mujer vestida de negro salía del Campo San Francisco por la noche, se abrazaba al árbol y tras darle convulsiones, caía al suelo y desaparecía.

El Lloreu, también llamado según las zonas lloreo, llorín o choriu, simboliza la gloria y la victoria. En la Edad Media eran coronados con laureles los poetas y los artistas.

Se decía que este árbol no podía ser alcanzado por los rayos e incluso los alejaba. También existe una relación entre el lloreu y la fortuna por lo que se plantaba cerca de las casas. Quita el mal de ojo. Y los ramos de lloreu bendecidos en Domingo de Ramos, protegen  a las casas, cosechas y animales.

Otra costumbre ya casi extinta consistía  en que cuando se terminaba el tejado de una casa en construcción, se celebraba colocando el “ramu” el lo mas alto de ésta.

El acebo, aceu  o acegu, también simboliza protección. Tiene capacidad para atraer la suerte  plantándose  cerca de las casas para alejar las malas influencias. Incluso puede aumentar la capacidad de atracción de un hombre sobre las mujeres si este lleva hojas de acebu con él.

En los rituales del tránsito de invierno se utilizaba para atraer la prosperidad