Caballos de Troya y Decretos Ley

Comienza el mes de marzo con buen tiempo en toda España y con los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que -según sus barómetros- indican un avance del Partido Socialista Obrero Español en intención de voto y un retroceso para su principal opositor en la ultra derecha liberal, el Partido Popular.
Precisamente el presidente del Partido Popular, Pablo Casado -que salió de su Palencia natal ataviado con un piadoso traje conservador de piel de cordero para, con el tiempo, irrumpir en la nueva política nacional en el interior de un Caballo de Troya construido a la medida por José María Aznar siguiendo los patrones de Donald Trump y otros especialistas ultra liberales de nivel mundial- no cree en los datos del CIS y está a la espera de lo que diga su secretario general, TeodoroGarcía Egea -campeón mundial de lanzamiento bucal de huesos de aceituna y últimamente reconocido halcón balconero- quien con una simple mirada apostado en un balcón fue capaz de contar y cuantificar en doscientas mil personas, las que supuestamente se concentraron en la Plaza de Colón de Madrid por la unidad de España, cuando las cifras oficiales hablaban de cuarenta mil.
Y ya que anteriormente aludí a un Caballo de Troya, no puedo dejar de referirme al otro que recientemente también relinchó por las calles de la capital del reino. Ha sido el Caballo de Troya utilizado contra las filas socialistas por el ex presidente "socialista" de la Comunidad de Madrid, Joaquin Leguina, que se fue arriba en el Club Siglo XXI para presentar a la aspirante del Partido Popular a la presidencia de dicha Comunidad, la ultra conservadora Isabel Díaz Ayuso. Todo un ejemplo de "juego limpio" del gran Leguina que seguro tendrá su reconocimiento en la próxima aparición en 13TV.
Tanto el Partido Popular como Ciudadanos están acusando a Pedro Sánchez y su Gobierno -en estos últimos coletazos de la legislatura- de la masiva utilización de los Decretos Ley. Aunque a destiempo, bienvenidos sean; la mayoría de ellos suponen mejoras sociales y económicas para el conjunto de los ciudadanos.
No hay que olvidarse de los Decretos promulgados por el Partido Popular cuando gobernaba. Casi todos para favorecer a los más favorecidos; hasta alguno, precipitado, de última hora y destinado a garantizar supuestos derechos hereditarios a los descendientes del dictador Francisco Franco. Solo hay que preguntar al último ministro de justicia popular, Rafael Catalá Polo.
Todos utilizando los Decretos Ley, pero con finalidades bien distintas.



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