De Suresnes a la nada

Rodolfo Llópis, Secretario General en el exilio, había sido sustituido por una dirección colegiada. Se acababa de abrir una lucha por el poder entre un PSOE histórico y un PSOE renovado. Próximamente, en poco más de diez días, se van a cumplir cuarenta y dos años del Congreso de Suresnes (Francia) en el que, gracias a un pacto entre las federaciones de Asturias, Andalucía y País Vasco, salió elegido como nuevo Secretario General el sevillano Felipe González.
Ayer mismo, Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE, que hasta el último minuto mantuvo la coherencia con sus propuestas electorales y el mandato recibido del comité federal socialista, se vio obligado a dimitir quedando el Partido en manos de una Comisión Gestora que presidirá el Presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández.
El acoso e intento de derribo de Pedro Sánchez, como Secretario General del Partido Socialista Obrero Español, ya viene practicamente desde su nombramiento hace dos años. Un grupo de nobles barones socialistas encabezados por la noble vizcondesa socialista, Susana Díaz, se encargaron de realizar un cobarde trabajo de desgaste y desprestigio de Pedro Sánchez, que culminaría con la intromisión y la intervención directa (por orden y con todo el apoyo de los poderes fácticos) de quien fuera Presidente del Gobierno de la nación, y hoy consejero giratorio de las grandes eléctricas e intermediario entre empresarios y genocidas, Felipe González.
Si el Congreso de Suresnes significó para los socialistas "una ruptura generacional y una adaptación a la realidad española", según palabras del propio Felipe Gonzalez; posiblemente el Congreso Extraordinario de ayer en Madrid, en el que se liquidó (espero que solo de momento) políticamente a Pedro Sánchez, va a significar la ruptura del histórico Partido Socialista, debido a la inadaptación a la realidad socio-política y socio-económica española actual de nobles e interesados miembros de la formación (muy alejados de las bases) y a la intromisión de quienes, aferrados al autobombo y la ignorancia ajena,  hoy solo representan, obedecen y sirven a los poderes fácticos.



Dejar un comentario

captcha