Elecciones en Venezuela: Perfiles humanos

 

 

Henrique Capriles Randonski nació el 11 de Julio de 1972 bajo el signo de Cáncer, con ascendente en interrupción con Escorpio.

Creció en una familia de judíos y católicos, aunque su abuela paterna y el ser privado de libertad por meses influyeron en su inclinación hacia el catolicismo. “Mi abuela era mi mejor amiga. Una persona que leía mi mente como pocas. Me enseñó el mundo", dijo Capriles Radonski.

Es abogado de profesión egresado de la Universidad Católica Andrés Bello y participó en varios cursos en el IBFD International Tax Academy, Ámsterdam (Países Bajos), en el Centro Interamericano de Administradores Tributarios, en Viterbo (Italia) y en la Universidad de Columbia, Nueva York (Estados Unidos).

Se inició en la política desde muy joven. En el año 2002 fue detenido y recluido durante cuatro meses en el Helicoide e imputado por delitos relacionados con el asedio a la Embajada de Cuba en Caracas, durante el golpe de Estado de 2002.

Para el año 2006 fue absuelto de todos los cargos y en 2008 fue anulada la sentencia.

Hace dos años que no va al cine, a pesar de que su familia es dueña del Cinex (antiguo Circuito Randonski).

La última vez que habló con Chávez fue en 2010 y conversaron amablemente. Luego el Presidente lo criticó.

Jugó todas las posiciones del béisbol. Fue catcher, pitcher, bateador y novio de la madrina.

El único romance formal que se le ha conocido es con la animadora Érika de la Vega, con quien duró 5 años. "Creo que fue muy larga, muy intensa y, sobre todo, muy pública. A la gente le ha costado esa separación. Pero, para muchos, estamos destinados a estar juntos, es como un estigma. Yo lo adoro y siempre hablaré bien de él" dijo la animadora venezolana en una entrevista con Estampas hace tres años

Luego de su separación con Erika, Capriles Radonski se muestra reacio al hablar de su vida sentimental, aunque confiesa que su debilidad son las mujeres. “Si mi debilidad son las mujeres, mi fortaleza es mi madre” dijo en una de sus giras “pueblo por pueblo” en la campaña presidencial.
Estuvo enamorado de las actrices Grecia Colmenares y Jeannete Rodríguez. Hace poco las conoció.

En las primeras visitas a los canales de TV estaba más pendiente de las artistas que de las entrevistas.

Vivió en Nueva York, donde estudió una maestría. Pero le encanta Río de Janeiro. En 2008 vivió un romance con la modelo Shannon De Lima, hoy la novia de Marc Anthony.

Fue juez de la Miss Venezuela 1999. En esa ocasión votó por Norkis Batista.
Un poco de grafología, nos dice:

Su firma revela que es orgulloso y de alta autoestima. Visión de futuro con los pies bien puestos sobre la tierra; idealista pero realista. También nos dice que es ordenado, atento y reservado. Posee concentración mental y sabe dominar sus impulsos.

Nicolás Maduro

Nicolás Maduro, fue, el hombre de confianza de Chávez, uno de los más allegados del Presidente, es ahora la persona clave dentro del chavismo. La muerte del Primer Mandatario abre ahora la puerta a la persona que él mismo designó como sucesor para tratar de continuar el camino de la revolución.

Desde sus comienzos Maduro fue poco a poco tomando mayor protagonismo en la esfera política, ahora se enfrenta no solo a la pérdida de un ser que en más de una ocasión ha asegurado admirar y querer profundamente, sino al panorama de continuar el chavismo sin Chávez.

Fue Presidente de la Asamblea Nacional de enero hasta agosto del año 2006, mes en el que se le designa Ministro de Relaciones Exteriores. Como Canciller, desempeñó la labor de expandir la teoría de unión latinoamericana del presidente Chávez. Su voz era el eco de las políticas exteriores del fallecido Mandatario, creando fuertes alianzas con países como Cuba, Brasil, Argentina, Bolivia, Irán y Rusia.

El 10 de octubre de 2012, pasado 3 días de las elecciones presidenciales, fue nombrado nuevo Vicepresidente Ejecutivo ocupando el puesto de Elías Jaua quien tuvo que separarse de su cargo para aspirar a la gobernación de Miranda.

Desde que se anunció la partida a Cuba del Mandatario, Maduro fue el centro de todas las miradas. Sus funciones como Vicepresidente se elevaron al punto de no solo actuar en nombre del Ejecutivo sino ser la voz del propio Chávez.

Maduro asumió las funciones administrativas y económicas de Venezuela durante la enfermedad del presidente Hugo Chávez, hasta el fallecimiento del líder bolivariano el pasado 5 de marzo.

Durante sus actos públicos, pocos a poco, se observaba el cambio de aquel carácter más reservado de antaño, para alzar la voz cuando el momento lo ameritaba. Pudo salirle al paso a los rumores sobre una pugna entre él y Cabello, otro de los duros del chavismo, con abrazos y presentaciones conjuntas que evidenciaban la unidad que había pedido el Presidente antes de su partida.

Por sus instrucciones se daban los partes médicos de Chávez y ante la ausencia, tuvo que asumir el papel de la entrega de viviendas, colegios y demás actos que acostumbraba protagonizar el Jefe de Estado.

Tras dos victorias en las elecciones de octubre y diciembre, Maduro debe ahora conquistar a aquellos que amaban la figura de Chávez pero criticaban a su equipo de Gobierno. Además, debe hacer frente a un 2013 que comenzaba con una devaluación y protestas en las calles que no hacían sino mostrar el descontento que había ante la falta del Mandatario.

Sin embargo, de ganar las nuevas elecciones, no es de esperar que cambie el rumbo. A pesar de tratar de estrechar lazos con la empresa privada, el discurso tomado ha sido más que similar al de Chávez, aunque muchos medios internacionales que han reseñado este apesto, aseguraron en varias oportunidades que el listón del carisma está muy alto.

La devaluación y las duras críticas hacia el Gobierno son las piedras que se cruzan en un camino que tiene poco de haberse iniciado. Los rumores sobre divisiones internas has persistido a pesar de los intentos y además, debe tratar de apaciguar a una parte del pueblo que desde principios de años apoya a quienes retaron al Ejecutivo en las calles.

Maduro ahora debe llenar un vacío gigante sin dejar de lado la imagen del Presidente, pero sin vivir a su sombra. Debe enfrentarse a las críticas de una oposición que ve en esta su oportunidad para ser Gobierno y las presiones de temas como la inseguridad y la calidad de vida, que aún después de la muerte de Chávez, seguirán estando presentes en la población. A él, más que a ningún otro, le toca enfrentar las grietas evidentes de un país que poco o nunca se imaginó el chavismo sin Chávez y ante el panorama, seguramente, tendrá más presente la palabra que el propio Presidente elevó en diciembre de 2012: unidad.

Lo que suceda hoy domingo en Venezuela será el preludio de una de un  crucigrama con demasiadas vacías de poder y poco diálogo.

Una vez más, Hugo Chávez aún  estando en la sepultura será el  “El gran padrazo”.

 



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