Esencial: independencia de la justicia

El periódico “El País”, el 11/03/13, dedicó una página entera a los cambios previstos en la composición del Tribunal Constitucional que, antes del verano, daría “un vuelco” a la mayoría “progresista” actual, al incorporar a miembros “conservadores”. 
Esto es muy grave. La justicia, con la educación, la ciencia y la sanidad, es pilar fundamental de la democracia genuina y, siendo de carácter “supra-partido-político”, rechaza de plano cualquier geometría ideológica y nunca puede someterse a los vaivenes de las mayorías parlamentarias ni a los designios del gobierno de turno. 
La independencia de la justicia es esencial. Aquí no caben medias tintas ni oportunismos, ni turbios manejos. Son cuestiones en las que la conciencia profesional no puede aceptar sesgos de clase alguna. ¿Podemos imaginar que un analista clínico alterase los resultados según la ideología, afín o contraria, del paciente? 
La noticia es, insisto, alarmante. Esperemos que no se cumplan previsiones tan antidemocráticas. Y, si se llevaran a la práctica, los ciudadanos deberían reaccionar con firmeza. 
Es una cuestión de conciencia.



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