El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ha afirmado en el día de ayer con firmeza el compromiso de su gobierno para erradicar las agresiones sexuales a menores tuteladas, prometiendo una serie de medidas contundentes para asegurar su protección. Barbón ha declarado su intención de reforzar el personal, los protocolos y el presupuesto de los centros de acogida, subrayando la “tolerancia cero” de su administración hacia estos crímenes.
Medidas inmediatas y propuestas concretas
La decisión de Barbón surge en respuesta a la reciente detención de 12 individuos acusados de prostituir a cinco menores tuteladas, un caso que ha conmocionado a la sociedad. En una intervención en la Junta General, Barbón respondió a una pregunta del portavoz de Foro, Adrián Pumares, sobre el funcionamiento de los centros de acogida, asegurando que el gobierno no ha mirado hacia otro lado y que está tomando medidas efectivas.
La consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Marta del Arco, ha comenzado una serie de reuniones, incluyendo a la Fiscalía, para abordar el problema y definir las acciones a seguir. Barbón señaló que estas reuniones son un primer paso hacia la implementación de medidas concretas.
Compromiso con la seguridad y el bienestar de los menores
El presidente ha enfatizado que su gobierno considerará seriamente las propuestas planteadas por Pumares: incrementar el presupuesto, revisar los protocolos y aumentar el personal en los centros de acogimiento. Estas medidas están orientadas a mejorar la seguridad y el bienestar de los menores tutelados, asegurando que estén protegidos de cualquier forma de abuso.
Rechazo a la normalización de los abusos
Barbón utilizó un tono contundente para condenar a los agresores, a quienes calificó de “miserables, asquerosos, degenerados morales”. Subrayó que estos actos no pueden ser normalizados ni tolerados bajo ninguna circunstancia. Además, contrastó las propuestas constructivas de Pumares con la actitud de la extrema derecha, que, según Barbón, “no tiene ni idea y piensa que los centros de acogimiento son cárceles”.
