Kate Heller, veterinaria neozelandesa, utilizó, por vez primera en la historia veterinaria, la sangre de un perro para salvar la vida de un gato con un envenenamiento por matarratas realizando una transfusión de sangre de emergencia entre los dos animales, logrando salvar la vida al gato.El minino no presenta efectos secundarios caninos y evoluciona satisfactoriamente. El vídeo está compartido en la red por gentileza de Jewish News One
fotocaptura del video