Todo lo recaudado será donación a la Fundación Barrestown, que lucha contra el cáncer infantil

Por duodécimo año consecutivo, el Festival Infantil de Judo ‘Maestro Shu Taira’ colmó las expectativas de los más pequeños de la gran familia del judo asturiano, y se convirtió en una gran fiesta de la que no sólo disfrutaron los más pequeños, sino las dos mil quinientas personas que siguieron las evoluciones de los judokas desde la grada.

Bajo la organización de la Federación Asturiana de Judo y Deportes Asociados, y con la dirección del maestro José Ramón Díaz Maseda, el Festival tuvo un año más un sentido extra, la donación de todo lo recaudado a la Fundación Barrestown, que lucha contra el cáncer infantil

El desfile, organizado a imágen de la apertura de los Juegos Olímpicos, contó con la salida a la pista tras la llamada de la televisiva Lucía Fuente de los siguientes participantes:Inmaculada Gijón, Colegio Asunción, Judo Corujo, Judo Villaviciosa, Gimnasio Sotrondio, Judo Noreña, Judo Berrón, Gimnasio Gandoy, Gimnasio Oviedo Sport, Palacio Deportes Oviedo, Colegio Vallobín, Colegio Fozaneldi, Gimnasio Yin-Yang, Gimnasio Takeda, Judo Joven, Judo Lena, Judo Óscar Fernández, Centro Deportivo de Langreo y Gimnasio Verano.

Tras el calentamiento conjunto, dirigido por los judokas Elías García y Sergio Blanco, y que algunos compaginaron con saludos a los padres que estaban en la grada, comenzaron los cuatro turnos de intervención. En ellos, unos doscientos judokas por turno desplegaron sobre el tatami lo mejor de lo aprendido en las clases de la temporada, despertando un aplauso casi perenne, que sólo cesó con el final de la macroexhibición.

El colofón fue la bajada al tatami para las fotografías con cada grupo de judokas y sus maestros del maestro noveno dan Shu Taira. Antes de abandonar el Palacio de los Deportes ovetense, los judokas se sintieron aún más importantes al recibir la ya clásica mochila de Cajastur, con un llavero personalizado del Festival y una camiseta.

La entidad bancaria es uno de los patrocinadores del Festival, junto al Ayuntamiento de Oviedo y la Dirección General de Deportes. En definitiva, una fiesta del judo asturiano, amenizada por momentos por el popular payaso Ronald Mc Donald, que además de aportar el reconstituyente cuando las fuerzas fallaban, se animó a practicar judo. Aunque sólo con los cinturones blancos, por si acaso.