La compañía Réplika Teatro pone en escena uno de los más aclamados textos de Mrozek. El sábado 21 de enero a las 20:30 horas en el Jovellanos

Frank Feys, que figura como integrante del reparto en el programa de mano, ha sido sustituido por el actor Emilio Gómez


La obra del escritor y dramaturgo polaco de principios del siglo XX, Slawomir Mrozek, no conoce precisamente muchas tablas de nuestro país, por lo que estamos hablando de una de esas buenas ocasiones para explorar nuevos títulos.

Enmarcada en el denominado Teatro del Absurdo, su excelente creación literaria explora, con tintes de un humor punzante, el comportamiento humano, la alienación y las consecuencias del abuso de poder de los sistemas totalitarios. 

Los emigrados, escrita en 1975, cuando su autor llevaba una década en el exilio, cuenta la historia de dos hombres que conviven en un sótano. Son dos emigrantes procedentes de países del Este europeo. Hasta ahí las similitudes. Porque el origen de su situación parte, en el caso de AA (Jaroslaw Bielski), de motivos políticos. Y en el de XX (Emilio Gómez), de su huida de la miseria. Emigrante político y económico comparten habitáculo, comida, cigarrillos, pero sus ideas les separan y confrontan. AA es un intelectual que apenas abandona el sótano, leyendo libros y concentrado en el estudio del comportamiento de XX, al que considera un esclavo de los tiempos modernos, un animal de carga anulado por el sistema. Sin embargo, su sentido de la superioridad intelectual, le sitúa en los bordes mismos del precipicio de XX, cuya  mayor preocupación es ganar dinero, ahorrando prácticamente todo su salario, para regresar rico a su país algún día y vivir de rentas.

La acción transcurre íntegramente en un reducido habitáculo. Esta puesta en escena produce una asfixiante sensación de sentirse atrapados por las circunstancias. El inmenso trabajo actoral intensifica el valor de un texto que, con una profunda carga irónica, ha sido capaz de dibujar dos prototipos humanos exponentes del egoísmo, aunque en dos versiones muy dispares, la del engreído intelectual y la del materialista incontenible.

“En los tiempos actuales de globalización y crisis de ideales, la obra Los Emigrados de S. Mrozek adquiere un valor de actualidad sorprendente y aterrador, toca de lleno el eterno problema del ser humano entre "tener" y "ser". El autor nos hace presenciar una disección teatral de dos personas, representantes de la esclavitud moderna a la que está sometido el ser humano tanto por los poderes políticos y económicos como por él mismo, por su propio deseo de poseer riqueza” Jaroslaw Bielski