Desde finales del mes de noviembre, las luces, los villancicos y los adornos navideños empiezan a aparecer detrás de cada esquina. La Navidad es una de las épocas más bonitas y especiales del año, porque tienen la magia y el poder de reunir a la familia, de hacer posible reencuentros con viejos amigos y siempre hay una comida, una cena o un evento para celebrar, brindar, hacer memoria de cómo ha ido el año y soñar con los ojos abiertos sobre todo lo que se espera conseguir en el nuevo año.

Hoy en día, la sociedad está tan hiperconectada que a un solo clic de Internet tienes las mejores apuestas de fútbol en Bet777, la mejor película de Navidad o la última liga del LOL. Pero, en épocas tan especiales como la Navidad, hay que dejar las pantallas a un lado, al menos durante estas dos semanas, y disfrutar de la presencia de amigos y familiares.

Diciembre también es un mes de agradecimiento, de tomar conciencia de todas las personas que han estado contigo a lo largo del año, en los buenos y en los malos momentos. Y una forma muy especial de transmitir ese mensaje de agradecimiento y amabilidad a quienes más quieres es a través de una cesta de Navidad.

Cómo preparar tu cesta de Navidad

Desde hace muchos años, las empresas tienen la costumbre de regalar una cesta o caja de Navidad en el mes de diciembre. Es un pequeño detalle que refleja el compromiso y la lealtad mutua entre empleados y trabajadores. ¿A quién no le gusta que le regalen una cesta llena de productos exquisitos? Pero no hace falta estar en una empresa para disfrutar de los mejores regalos gourmet para Navidad.

Ya sea para tu madre, tu padre, tus tíos o tus abuelos, una cesta de Navidad es la manera más única de sorprender. A todo el mundo nos encanta comer y más en estas fechas donde siempre hay una comida pendiente y una sobremesa que reúne alrededor de la mesa durante horas a toda la familia.

Hay muchas opciones de cestas ya preparadas y adaptadas al gusto de cada persona, pero lo más especial de los regalos es la magia con la que se preparan. Por tanto, si quieres regalar una cesta de Navidad, lo mejor es que la elabores tú mismo para que sea más especial.

Elige la cesta o la caja

El primer paso siempre es elegir el recipiente adecuado. Hay que tener en cuenta que es lo primero que se va a ver, por lo que merece la pena invertir en una caja de madera o alguna con diseño específico con fotos impresas o alguna felicitación navideña original para que después de Navidad se guarde y siempre quede en el recuerdo.

Selecciona productos variados y de calidad

El envoltorio es importante, pero la clave está en descubrir los productos que hay en el interior. Como es una cesta personalizada hay que olvidar los alimentos y embutidos básicos y apostar siempre por los gustos de cada persona. Además, si la cesta es para tus padres y adoran los turrones, no hay mejor forma de sacarles una sonrisa que al incluir diez tipos de turrones de todo el mundo.

No obstante, algunas combinaciones que siempre resultan ser un éxito en cualquier cesta de Navidad son: embutidos ibéricos, quesos curados, un vino espumoso y una botella de vino tinto, una botella de cava, turrones, chocolates, bombones, un bote de mermelada de frutos rojos o un panettone. Siempre priorizando los gustos de la persona o personas que van a recibir la cesta de Navidad.

Incluye una nota personalizada

A todos nos gusta sentirnos parte importante de la vida de otras personas. Por eso, hay que acompañar siempre la cesta de una nota con un mensaje especial para la persona que lo recibe. A veces con un simple gracias y un “te quiero” es más que suficiente.