El Aeropuerto de Asturias vive uno de esos momentos en los que una decisión empresarial te cambia el tablero completo. Entran rutas nuevas, se refuerzan conexiones estratégicas y, al mismo tiempo, se recolocan piezas tras el portazo de Ryanair. En ese escenario, Volotea ha decidido pisar el acelerador a fondo: suma Oporto y Florencia como nuevos destinos internacionales, incorpora París (Orly) a su red y garantiza la continuidad de Roma y Bruselas justo cuando Ryanair abandona esas rutas.
No es un movimiento menor. Es una declaración de intenciones.
Los nuevos destinos: fechas, aeropuertos y lo que significan de verdad
La programación presentada para la próxima temporada deja claro que no se trata de fuegos artificiales, sino de un refuerzo pensado con cabeza:
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París (Orly): desde el 29 de marzo, con tres vuelos semanales. Orly es un caramelo para escapadas urbanas: más cercano al centro y mucho más práctico para un fin de semana largo.
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Roma: tres vuelos semanales desde finales de marzo, asegurando la continuidad tras la retirada de Ryanair.
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Bruselas (Zaventem): también tres vuelos semanales desde finales de marzo, con un matiz clave: se vuela al principal aeropuerto de la capital europea, no a uno secundario.
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Oporto: arranca el 1 de abril, con dos frecuencias semanales, ideal para escapadas cortas y turismo urbano.
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Florencia: despega el 21 de septiembre, con dos vuelos semanales. Aquí está una de las claves estratégicas: la ruta pasa a ser anual y sustituye a Venecia, que desaparece del catálogo de Volotea de cara a 2026.
Traducido a lenguaje de calle: Asturias gana conectividad de fin de semana (París y Oporto), suma una ciudad-joya como Florencia y, además, blinda dos capitales europeas que ya eran rutas de uso real, no de postureo: Roma y Bruselas.
El dato que lo cambia todo: más de 1,1 millones de asientos y aviones más grandes
Volotea no está probando suerte. Está metiendo músculo de verdad. La aerolínea prevé un año récord en Asturias, con más de 1,1 millones de asientos y un aumento de capacidad cercano al 35%.
La clave técnica explica muchas cosas: la compañía sustituye los Airbus A319 por Airbus A320, aviones más grandes que permiten más plazas por vuelo. Más asientos significa más oferta y menos sensación de “esto está imposible”, especialmente en rutas calientes.
Y hay una conexión que lo explica todo: la ruta Asturias–Madrid, inaugurada el pasado 31 de octubre, está registrando ocupaciones cercanas al 90%. En aviación, ese porcentaje es la forma educada de decir: esto se vende solo.
Lo de Ryanair no es solo “se van”: es una pelea con factura
Ryanair ha anunciado que abandonará Asturias a partir de la temporada de verano de 2026, en el marco de su recorte de capacidad en aeropuertos regionales. La compañía justifica la decisión por su pulso con Aena en materia de tasas y por el conflicto regulatorio del equipaje de mano.
Pero hay una lectura menos épica y más pegada al suelo: el fin de determinados acuerdos de promoción y condiciones comerciales en rutas regionales también ha pesado en la decisión.
Para Asturias, lo importante no es el ruido de la bronca, sino la consecuencia práctica: Volotea está ocupando el espacio que deja Ryanair en rutas con demanda real, y lo hace con más capacidad y vocación de continuidad.
Un aeropuerto en racha: récord anual y 2025 camino de otro año fuerte
El Aeropuerto de Asturias ya venía con viento a favor. En 2024 marcó su récord histórico anual, superando los 1,99 millones de pasajeros y batiendo el máximo anterior.
En 2025, con datos acumulados hasta octubre, el aeropuerto ya superaba ampliamente el millón setecientos mil viajeros, con crecimiento interanual. La tendencia apuntaba a otro ejercicio sólido.
Este dato desmonta un tópico muy repetido: el de que “Asturias no tiene masa crítica”. La tiene. Y cada nueva ruta internacional no solo atrae turismo: también evita que muchos viajeros se vayan a Santiago o A Coruña a buscar el vuelo que aquí no existía.
Qué está pasando de fondo con el transporte aéreo en Asturias
Más allá de los destinos concretos, hay varias lecturas de calado:
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El aeropuerto se está convirtiendo en un campo de batalla comercial. Quien quiera dominar el noroeste sabe que Asturias es una pieza golosa.
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El mercado se mueve hacia rutas anuales, con menos apuestas estacionales y más continuidad. Florencia como sustitución de Venecia es el ejemplo perfecto.
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La conectividad internacional ya no es un lujo, sino una herramienta económica: desestacionalización turística, captación de eventos, movilidad laboral, universidad, empresas… y, por supuesto, escapadas.
La foto final: Asturias no solo suma destinos, se está jugando su modelo de conectividad
El movimiento es claro:
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Ryanair se va y deja un hueco sensible.
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Volotea entra más fuerte que nunca, con rutas nuevas, rutas anualizadas y más capacidad.
Si la jugada sale bien, Asturias puede pasar de vivir con el miedo constante a “que me quiten la ruta” a un escenario mucho más estable: más operadores, más plazas, más destinos y menos dependencia de un solo jugador.
Y eso, en aviación, es casi tan importante como tener un vuelo directo a París un viernes por la tarde.
