Asturias rompe su destino: la industria resurge y la inmigración dispara la población activa

Asturias rompe su destino: la industria resurge y la inmigración dispara la población activa

Asturias llevaba años instalada en un relato casi fatalista: envejecimiento imparable, pérdida sostenida de población y un futuro económico condenado a la desaceleración. Sin embargo, los últimos datos desmontan ese pronóstico. El nuevo informe de Funcas, unido a cifras oficiales actualizadas, revela un giro inesperado: el Principado no solo ha frenado el declive, sino que ha entrado en una fase de expansión demográfica y dinamismo económico que muchos consideraban inalcanzable hace apenas un lustro.

De tierra que se vacía… a comunidad que crece

Antes de la pandemia era un consenso casi incuestionable que Asturias perdería el millón de habitantes. El saldo vegetativo, el más negativo de España, parecía condenar a la región. Pero la realidad ha ido por otro camino: la llegada masiva de población extranjera ha cambiado radicalmente la curva demográfica.

En los últimos tres años, Asturias ha sido una de las comunidades con mayor crecimiento relativo de inmigrantes. No hablamos de un goteo, sino de un flujo suficiente para compensar miles de defunciones anuales y reconstruir una población activa que llevaba dos décadas menguando. Gracias a ello, el Principado no solo mantiene el millón de habitantes, sino que suma población nueva y trabajadora, un hecho inédito desde comienzos de siglo.

Industria como motor silencioso

El informe de Funcas destaca que la industria asturiana ha sido la gran protagonista del renacimiento económico. La producción industrial ha crecido por encima de lo esperado y se ha convertido en la principal fuerza que impulsa el PIB regional, con una previsión del 2,8 % de crecimiento en 2025, muy cerca de la media española.

Mientras el turismo y los servicios avanzan a ritmos más moderados y la construcción muestra señales de enfriamiento, la industria sostiene la tracción del conjunto de la economía. Es un rasgo diferencial de Asturias respecto a comunidades que dependen casi exclusivamente del turismo o de servicios avanzados.

El estudio remarca, además, que los indicadores de visados de obra y licitación pública son más débiles que en el conjunto del país, lo que confirma ese menor impulso constructor. Aun así, el empuje industrial compensa ampliamente esas sombras.

El milagro laboral: pleno empleo a la asturiana

Quizá el dato más sorprendente del informe sea el del mercado laboral. La entrada masiva de trabajadores extranjeros ha situado a Asturias como la comunidad con mayor incremento de población activa, lo que permite que el empleo crezca a un ritmo que hubiese sido imposible solo con mano de obra local.

La previsión para 2025 es contundente:

  • Tasa de paro: 8,5 %, la más baja desde antes de la Gran Recesión.

  • Creación de empleo por encima de la media nacional.

  • Estabilización de sectores clave gracias a la disponibilidad de personal.

Es un fenómeno que ya se observa en todo el norte peninsular: cuando el desempleo se desploma hacia mínimos históricos, es la inmigración la que evita que la actividad económica se frene por falta de trabajadores.

Un 2026 más lento, pero no más débil

Para 2026, Funcas prevé una moderación en el crecimiento del PIB asturiano, que rondará el 1,7 %, ligeramente por debajo del promedio español. La razón de esta ralentización está clara:

  • Menor demanda exterior que afecta a la industria.

  • Enfriamiento de la construcción tras un 2025 robusto.

Aun así, el empleo seguirá avanzando, aunque a menor ritmo. La tasa de paro bajará apenas una décima hasta el 8,4 %, pero se mantendrá en niveles históricamente bajos. El informe advierte, eso sí, de un posible cuello de botella laboral si no continúa llegando población extranjera: la productividad repunta, pero no al ritmo necesario para compensar la falta de mano de obra en determinados sectores.

Asturias en el tablero nacional: del pesimismo a la fortaleza

El documento pone también el foco en la fotografía general de España: Madrid, Cataluña y País Vasco consolidan posiciones gracias a economías orientadas a servicios avanzados y proyección exterior. Pero el caso asturiano sobresale porque rompe un patrón que se daba por inevitable: el de las regiones del norte que se desangraban demográficamente y se estaban quedando sin relevo laboral.

Asturias ha logrado lo contrario:

  • Frena la pérdida demográfica.

  • Atrae fuerza laboral nueva.

  • Recupera la industria como columna vertebral.

  • Baja el paro a niveles impensables hace una década.

La comunidad entra así en un escenario que mezcla oportunidades y desafíos. El mayor reto inmediato es la vivienda, un factor que ya está limitando la capacidad de atraer nuevos trabajadores en ciudades como Gijón y Oviedo. A medio plazo, el impulso dependerá de más inversión, más innovación y más productividad, pilares imprescindibles para que este renacimiento no sea un paréntesis, sino el principio de una nueva etapa.

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