La voz ausente que conmovió Oslo: así sonó el discurso Nobel de María Corina Machado leído por su hija

La voz ausente que conmovió Oslo: así sonó el discurso Nobel de María Corina Machado leído por su hija

La ceremonia del Premio Nobel de la Paz 2025 vivió ayer uno de esos momentos que quedan grabados en la memoria colectiva: María Corina Machado, galardonada por su defensa de la vía democrática frente al autoritarismo en Venezuela, no pudo estar físicamente en el Ayuntamiento de Oslo, pero su voz —sus palabras exactas, escritas por ella misma— retumbaron en la sala gracias a la lectura de su hija, Ana Corina Sosa Machado.
La imagen fue tan poderosa como el propio discurso: una madre perseguida y una hija que, en su nombre, se alzó ante jefes de Estado, académicos, reyes y la prensa internacional.

Machado, que continúa desplazándose bajo estrictas medidas de seguridad debido a la persecución política que afronta en su país, se encontraba ya en ruta hacia Noruega en el momento de la ceremonia. El Instituto Nobel había confirmado horas antes que estaba “a salvo” y viajando hacia Oslo, aunque no llegaría a tiempo para recibir el galardón en persona. La lectura por parte de su hija se convirtió así en un acto cargado de simbolismo y un eco íntimo de la situación venezolana: la distancia, el exilio, y la necesidad de que otros hablen cuando uno es silenciado.

Un discurso escrito en primera persona por Machado

El texto leído en Oslo fue redactado íntegramente por María Corina Machado. Está concebido como una pieza profundamente personal, histórica y política, y fue preparado con la discreción habitual de los discursos Nobel: bajo embargo oficial hasta las 13.00 horas del 10 de diciembre, hora de Oslo.

No se conocen los detalles logísticos de su redacción —ni el lugar ni el momento exacto—, pero su estructura y su tono dejan claro que se trata de un documento cuidadosamente elaborado después del anuncio del premio en octubre y en pleno contexto de clandestinidad y presiones del régimen venezolano.
El texto mantiene la primera persona en todo momento, lo que convierte la lectura de su hija en un ejercicio emocionalmente impactante: cada frase sonaba como si estuviera siendo pronunciada por la propia Machado desde el estrado.

La hija como portavoz: emoción contenida y un país quebrado

La intervención de Ana Corina Sosa Machado fue uno de los momentos más aplaudidos de la ceremonia. Su voz, firme por momentos y quebrada en otros, cargó sobre los hombros la responsabilidad de representar a una madre que no puede hablar libremente ante el mundo.
La escena, en sí misma, resumía la realidad de miles de familias venezolanas: separaciones, huidas, encarcelamientos y la imposibilidad de vivir en un país que castiga la disidencia.

El auditorio escuchó en silencio absoluto los pasajes más duros, especialmente aquellos que describían el dolor del exilio, la represión, y la larga lista de venezolanos que han sufrido persecución por defender la democracia.

Qué dijo realmente Machado: los ejes del discurso

Aunque el texto íntegro es extenso y está protegido por derechos de autor, se puede sintetizar su arquitectura esencial:

1. Una Venezuela que recuerda su origen democrático

Machado arranca evocando el espíritu audaz de la Venezuela republicana y una idea fundamental: la dignidad soberana de cada persona. Habla de un país que fue refugio y esperanza, y que hoy lucha por recuperar ese espíritu.

2. El desmontaje del Estado de derecho

Analiza la caída institucional desde finales de los años 90: la captura del Estado, la erosión de la separación de poderes, la censura sistemática, la criminalización de la oposición y el uso del hambre y la pobreza como mecanismos de control social.

3. La resistencia ciudadana como columna vertebral

Reivindica la trayectoria de millones de venezolanos que han resistido por vías pacíficas: estudiantes, sindicalistas, periodistas, familias rotas por el exilio y presos políticos.
Subraya especialmente la importancia del voto como herramienta de transformación y recuerda las elecciones de 2024, cuyos resultados auténticos nunca fueron reconocidos por el régimen.

4. Advertencia al mundo: Venezuela como espejo global

Machado sitúa la experiencia venezolana como advertencia ante el auge de los populismos autoritarios: líderes que prometen salvación mientras desmontan las garantías democráticas desde dentro.

5. Un cierre esperanzador y una promesa

La parte final es una de las más emotivas: afirma que “el mundo presenciará el regreso de los nuestros a casa”, un compromiso que resume el corazón político del texto.
Señala que la paz es un acto de responsabilidad hacia las generaciones futuras y que Venezuela volverá a levantarse.

Un documento político para la historia

Más que un discurso protocolario, la intervención de Machado está diseñada como un testimonio histórico, un relato de la deriva autoritaria de Venezuela y, a la vez, una hoja de ruta ética para la oposición democrática.

Es, también, un llamamiento internacional que recuerda que la democracia puede deteriorarse lentamente mientras el mundo mira hacia otro lado, y que la resistencia cívica sigue siendo el arma más poderosa frente al autoritarismo.

Con la lectura de Ana Corina Sosa Machado, el discurso adquirió una dimensión aún mayor: la de una nación partida hablando con una sola voz en el escenario más simbólico de la paz mundial.

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