Asturias afronta en 2025 el mayor desafío de su historia contemporánea: el declive demográfico acelerado. No es una crisis silenciosa. Es un terremoto social, económico y territorial que ya está transformando de arriba abajo la estructura de la comunidad. Y lo peor es que no hablamos de futuro: ya está ocurriendo.
Hoy, los datos pintan un paisaje que ningún dirigente político ni ninguna institución puede seguir ignorando.
1. Asturias pierde población sin pausa: un descenso más rápido que el de cualquier otra región española
— En los últimos 40 años, Asturias ha perdido casi 150.000 habitantes, el equivalente a borrar ciudades completas como Avilés y Langreo juntas.
— La región pasó de 1.130.000 habitantes en 1985 a poco más de 1.005.000 en 2025.
— Solo en el último año, el saldo vegetativo volvió a hundirse: nacieron la mitad de niños que en 1990, mientras las defunciones duplican las cifras de hace tres décadas.
El dato más demoledor:
Por cada 100 nacimientos, se registran 230 defunciones.
Ninguna otra región de España se acerca a este desequilibrio.
2. La Asturias que envejece: un territorio donde los mayores ya son mayoría
Asturias tiene hoy:
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Un 27 % de población mayor de 65 años (la media española está en torno al 20 %).
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La mayor tasa de dependencia de España, con más de 60 personas dependientes por cada 100 en edad activa.
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Una edad media superior a 49 años, cuando la media nacional ronda los 44.
El dato que más inquieta a los demógrafos:
Asturias será la primera comunidad donde habrá más octogenarios que niños menores de 10 años.
Esto tiene consecuencias gigantescas:
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presión sobre el sistema sanitario,
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falta de relevo laboral,
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caída del consumo,
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cierre progresivo de colegios rurales,
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tensión en las pensiones,
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municipios sin jóvenes ni nacimientos durante años.
3. La sangría juvenil: cada año se van miles
Asturias no solo pierde población porque mueren más personas de las que nacen. La otra herida abierta es la emigración juvenil.
— En los últimos diez años, más de 45.000 jóvenes asturianos entre 18 y 35 años se han marchado a otras comunidades o al extranjero buscando empleo, salario digno o vivienda accesible.
— El Principado es una de las tres regiones de España donde más jóvenes salen y menos vuelven.
Lo más grave es esto:
Asturias no pierde solo población; pierde talento, emprendedores, fuerza laboral y capital humano vital para sostener la región.
4. El mapa del declive: los concejos que se vacían a velocidad de vértigo
De los 78 concejos asturianos:
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58 pierden población cada año,
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20 han perdido más del 25 % de sus habitantes desde el año 2000,
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En varios municipios del suroccidente, más del 40 % de la población supera los 65 años.
Concejos como Illano, Allande, Pesoz, Taramundi, Degaña o San Martín de Oscos están en una situación crítica:
Sin inmigración y sin nacimientos, algunos verán reducida su población a la mitad en una década.
Más datos estremecedores:
— Hay pueblos donde no nace un niño desde hace 7, 10 o incluso 14 años.
— En 2024 hubo concejos con solo un nacimiento en todo el año.
— Más de 300 aldeas ya están totalmente vacías o deshabitadas la mayor parte del año.
5. La inmigración: única tabla de salvación real a corto plazo
Desde 2018, la única razón por la que Asturias no cae por debajo del millón de habitantes es la llegada de población extranjera.
— Hoy, el 10 % de los residentes en Asturias ha nacido en otro país.
— El crecimiento neto por inmigración es de más de 8.000 personas al año.
— Sin esa llegada, Asturias estaría ya por debajo de 980.000 habitantes.
Pero no es suficiente. Los expertos advierten:
“Para estabilizar la población, Asturias necesitaría duplicar la llegada de inmigrantes y atraer a perfiles laborales clave”.
6. La economía también envejece: impacto directo en productividad, innovación y servicios
Las consecuencias económicas del envejecimiento ya se notan:
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La tasa de actividad es la más baja de España.
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La disponibilidad de mano de obra cualificada es insuficiente: hoy faltan trabajadores en sanidad, industria, digitalización, transporte y construcción.
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El gasto en dependencia crecerá un 40 % en los próximos 10 años.
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El sistema sanitario afronta una presión crónica: más consultas, más crónicos, más hospitalizaciones.
Y todo esto ocurre mientras cae el número de trabajadores jóvenes capaces de sostener el sistema.
7. ¿Y ahora qué? Las medidas que los demógrafos piden ya
Los expertos repiten tres líneas rojas:
1. Política activa de repoblación y vivienda asequible
Asturias necesita atraer familias, talento y jóvenes:
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ayudas al alquiler,
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incentivos fiscales,
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empleo estable,
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vivienda pública en zonas rurales,
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digitalización de aldeas y teletrabajo real.
2. Un pacto autonómico por la natalidad
Medidas como:
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ayudas universales por hijo,
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conciliación real,
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horarios racionales,
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guarderías gratuitas.
3. Integración plena de inmigrantes
No solo atraerlos: retenerlos.
Inversión en acceso a empleo, formación, vivienda y arraigo comunitario.
8. Conclusión: Asturias está a tiempo, pero el tiempo se está agotando
Asturias no está condenada.
Lo que sí está es obligada a reaccionar.
Si no cambia la tendencia:
En 2050 la comunidad podría caer por debajo de los 900.000 habitantes, con más del 35 % de población mayor de 65 años y cientos de pueblos sin vida.
Si se actúa ahora:
Asturias podría convertirse en un territorio de oportunidad para jóvenes, talento extranjero, familias y nuevas formas de economía.
La pregunta ya no es qué está pasando, sino:
¿Cuánto más está dispuesta Asturias a esperar antes de actuar?
