Enrique Fernández, de 33 años y vecino de La Figal, murió de madrugada en la N-634 a la altura de Anzo tras una brutal salida de vía. Era muy querido en el concejo y participaba como copiloto en el Rallysprint Villa de Grado. El tanatorio se llenó el jueves y este viernes la comunidad moscóna sigue conmocionada.
La comunidad moscóna amanece este viernes sumida en la tristeza por la muerte de Enrique Fernández Fernández, “Kike”, un camionero de 33 años, natural de La Figal (Grado), que perdió la vida en la madrugada del jueves tras salirse de la carretera y estrellarse contra un muro en la N-634, en la zona de Anzo.
Kike se dirigía a Trubia para recoger el camión con el que trabajaba habitualmente. Fue un trayecto corto y rutinario que terminó en tragedia. Su familia sigue completamente rota. Su padre, Ramón Fernández, apenas podía articular palabra: «Estamos destrozados, no puedo ni hablar», confesaba en un susurro. Junto a sus padres, Ramón y Pilar, deja también a su pareja, Desirée Soberón.
Un choque devastador en plena madrugada
El siniestro ocurrió en torno a las 4.20 de la madrugada del jueves. Kike viajaba solo en su Opel Corsa cuando, por causas que aún investiga la Guardia Civil, perdió el control, se salió de la vía y chocó con enorme violencia contra un muro lateral. Murió prácticamente en el acto.
Un vigilante fue quien vio el vehículo siniestrado y dio aviso a los servicios de emergencia. Hasta el lugar acudieron bomberos del SEPA con base en Grado, que tuvieron que excarcelar el cuerpo del joven. El Servicio de Atención Médica Urgente, con el médico de Grado y la UVI móvil de Oviedo, solo pudo confirmar el fallecimiento debido a la gravedad de las lesiones.
A las 5.08, los bomberos completaron la intervención.
Un tramo “traicionero” al que muchos vecinos temen
El punto de la N-634 donde se produjo el accidente es conocido por los habituales como un tramo complicado, con curvas, pequeños cambios de rasante y humedad nocturna casi constante. A esas horas, la carretera suele estar mojada y fría, lo que aumenta notablemente el riesgo de pérdida de adherencia.
La muerte de un conductor experimentado y acostumbrado a hacer kilómetros en todo tipo de vías ha reabierto la conversación sobre la seguridad de la red nacional a su paso por el concejo.
Un vecino muy querido y un apasionado del rally
Kike no era solo un profesional del transporte. En Grado era muy querido, especialmente en el entorno del Rallysprint Villa de Grado, donde participaba como copiloto y donde muchos le recordarán por su carácter alegre, su cercanía y su implicación en todo lo que rodeaba al mundo del motor.
La noticia de su fallecimiento corrió como la pólvora entre aficionados, mecánicos, organizadores y pilotos. La sensación general es de shock y de profunda tristeza.
Capilla ardiente y despedida de un concejo entero
Tras la autopsia en el Instituto de Medicina Legal de La Corredoria, el cuerpo fue trasladado el jueves al tanatorio de Grado, donde la capilla ardiente quedó abierta en la sala 3. Desde primera hora, el tanatorio estuvo lleno: familiares, amigos, compañeros camioneros y numerosos aficionados al rally acudieron a despedirse.
Este jueves por la tarde se celebró el funeral de cuerpo presente en la iglesia de San Cosme de Rañeces, seguido del entierro en el cementerio parroquial. La iglesia se llenó por completo.
Este viernes, el sentimiento en Grado sigue siendo el mismo: incredulidad, tristeza y un enorme vacío por la pérdida de un joven trabajador, querido y lleno de vida.
