Su nombre empezó a sonar en todo el país, pero pocos sabían quién era realmente ese joven que, con una sola frase, hizo sonreír a la heredera del trono.
Hay momentos que duran apenas unos segundos… y, sin embargo, se quedan grabados en la historia.
El sábado pasado, durante la entrega del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2025, en Valdesoto (Siero), uno de esos momentos ocurrió ante los ojos de la Familia Real. Una escena espontánea, divertida, insólita, que en cuestión de horas se convirtió en fenómeno nacional.
Todo empezó con una pregunta en asturiano dirigida a la princesa Leonor:
“¿Prestaríai ser esposa d’un buen galán asturianu?”
La plaza estalló en risas. Leonor respondió con gracia —«De momento no me voy a casar»—, y el Rey Felipe, entre aplausos, remató con humor: «Ya hablaremos tú y yo después».
Y así, en un solo minuto, nació el misterio del “novio de Valdesoto”, un joven desconocido que, sin proponérselo, se robó la escena más comentada del fin de semana.
Un rostro que nadie esperaba ver en los informativos
Durante horas, su identidad fue un secreto a voces. Las cámaras lo habían captado, las redes lo repetían, pero nadie sabía quién era aquel mozo de sonrisa tranquila que se había atrevido a bromear con la princesa en directo.
Ni político, ni influencer, ni actor famoso. Solo un chico del pueblo, de esos que saludan a todos por la calle y ayudan a montar el escenario de las fiestas.
Un joven con traje, nervioso por el frío y por la atención de las cámaras, que llevaba ensayando ese papel semanas con su grupo de teatro local, Les Comedies.
El chico detrás del traje
Su nombre: Lucas Rodríguez.
Su edad: 18 años.
Su origen: Valdesoto, el pueblo más sonado de Asturias esta semana.
Lucas no es actor profesional ni tiene aspiraciones de serlo. Estudia Mecatrónica en Gijón, una carrera técnica que le permite, como dice él mismo, “cacharrear con todo lo que se mueve”.
También juega al baloncesto en el club de Siero —su 1,85 m de altura ayudan— y forma parte del grupo teatral que cada año representa escenas de la vida asturiana.
“Cuando vi todas las cámaras apuntando hacia nosotros pensé: esto va a dar que hablar”, admite entre risas. Lo que no imaginaba era la dimensión de lo que venía después.
El día después del “sí quiero” que nunca fue
En apenas 24 horas, su teléfono no dejó de sonar. Lo llamaron de radios, televisiones y periódicos de toda España. En su casa todavía bromean con ello: “Menuda la que liaste”, le repiten una y otra vez.
Él se lo toma con calma y un punto de pudor:
“No me esperaba tanto revuelo. Lo dije como parte de la obra, sin más. Pero parece que la frase tenía más miga de la que pensábamos.”
Su reacción fue tan natural como la del público. Y aunque ahora su nombre suena en todo el país, Lucas sigue con los pies bien firmes en el suelo… y el corazón ocupado.
El detalle que rompe el cuento
Porque sí, Lucas tiene novia.
Se llama Llara, es de Oviedo, y según él “se lo tomó con mucho humor”.
“Se rió mucho al verlo, y me decía todo el rato: menuda la que habéis preparado”, confiesa entre risas.
Y, para despejar cualquier duda, lanza la frase que ha terminado de conquistar a medio país:
“Estoy muy a gusto con ella. No la cambio por ninguna princesa.”
El galán que no busca trono
Desde niño, Lucas ha participado en las tradiciones de su pueblo: en las fiestas, con los Sidros, en las representaciones de Les Comedies… Y así, sin pretenderlo, ha acabado siendo la cara más viral del Pueblo Ejemplar 2025.
“Buscas Leonor y novio en Google y salgo yo el primero. Es increíble”, dice entre incrédulo y divertido.
Quizá esa sea la verdadera magia de esta historia: que el cuento de princesas no lo protagoniza un príncipe, sino un chico normal, de pueblo, que un día se puso un traje, hizo reír a una princesa y recordó a toda España que la simpatía y la naturalidad también pueden ser noticia.
