El caso del “Berge Triglav” sigue sin resolución cinco años después. La consultora KPMG apunta que el carbón habría salido de la terminal en 2020, aunque en 2021 aún se emitían certificados asegurando que permanecía allí. El proceso judicial continúa abierto, con imputaciones a exdirectivos de EBHISA y del Puerto de Gijón.
Cinco años después de que se descargaran en El Musel cerca de 160.000 toneladas de carbón procedentes del buque Berge Triglav, el paradero de la mayor parte del mineral sigue siendo un misterio. Lo que comenzó como una disputa comercial entre la empresa suiza TELF, propietaria del cargamento, y la asturiana NMR, depositaria del mismo, se ha convertido en una investigación penal y mercantil sin precedentes, con implicaciones directas para la estibadora pública EBHISA y la Autoridad Portuaria de Gijón.
Certificados de permanencia cuando el carbón ya no estaba
Según el informe forense elaborado por KPMG a instancias de los nuevos gestores del Puerto, el carbón del Berge Triglav salió de las instalaciones de EBHISA en noviembre de 2020 sin declaración ante la Aduana, atribuyéndose falsamente al buque Zeus. Esta operación, siempre según la consultora, contó con el conocimiento del Departamento de Operaciones de EBHISA.
Sin embargo, entre 2020 y 2021, la propia EBHISA emitió certificados semanales dirigidos al agente consignatario de TELF en Gijón, afirmando que el cargamento seguía almacenado en la terminal. Aquellos documentos fueron posteriormente utilizados por TELF como prueba ante los tribunales para exigir la entrega de las 159.984 toneladas descargadas, a pesar de que ya existían indicios de que la mayor parte del carbón no se encontraba en el puerto.
La situación alcanzó tintes de tragicomedia burocrática cuando, según recoge KPMG, el entonces presidente del Puerto, Laureano Lourido, comentó en una comunicación interna que “qué fácil habría sido responder que el carbón se encontraba, pero ignorando peso y contenido”, reconociendo implícitamente la falta de certeza sobre la mercancía.
El rastro documental: correos, facturas y contradicciones
La cronología del caso es reveladora:
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Noviembre de 2020. El Berge Triglav descarga 159.984 toneladas de carbón consignadas por TELF a NMR. Pocas semanas después, según KPMG, el mineral habría sido reembarcado parcialmente en otros buques sin control aduanero.
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Diciembre de 2020 – Enero de 2021. EBHISA informa a TELF y a la empresa de certificación SGS de que el cargamento fue movido dentro de la terminal por motivos meteorológicos. Sin embargo, los registros internos solo reflejan operaciones de extensión y reacopio, no un traslado real.
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Octubre de 2021. Un técnico de Atlantic Survey firma un informe como “comisario de averías” asegurando que quedaban 159.680 toneladas en las instalaciones. Esa cifra nunca se contrastó con mediciones topográficas ni se adjuntó evidencia física.
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2022–2023. TELF intensifica su reclamación. En junio de 2022, obtiene un laudo arbitral en Londres que le da la razón frente a NMR. En abril de 2023 solicita la intervención de Puertos del Estado, y ese mismo año una orden judicial de Gijón autoriza una nueva medición, que confirma que faltaba buena parte del carbón.
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2024. El Juzgado de Pozuelo de Alarcón imputa a EBHISA, al exdirector de la Autoridad Portuaria, José Manuel del Arco, y a la exdirectora y exdirector de Operaciones de EBHISA por presunta estafa y apropiación indebida.
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2025. La vista civil del caso se abre en Gijón, mientras el frente penal continúa. TELF reclama más de 50 millones de euros por daños y valor de la mercancía.
Una cadena de responsabilidades bajo lupa
El informe de KPMG revela que EBHISA facturó a NMR por el almacenaje del carbón hasta diciembre de 2022, a pesar de que ya se sospechaba que la mercancía no estaba allí. TELF utilizó esos recibos como prueba de que el mineral seguía custodiado por la terminal pública.
Además, la consultora advierte que los informes internos firmados por José Manuel del Arco en 2024 y 2025 —en los que se intentó reconstruir lo sucedido— omitieron analizar la gestión operativa de EBHISA durante aquellos meses clave. Se basaron, en cambio, en testimonios parciales de trabajadores y registros de expediciones posteriores, lo que no permitió establecer con precisión cuándo ni cómo desapareció el carbón.
Los correos internos revisados por KPMG muestran también la incomodidad de algunos empleados. En uno de ellos, un representante de la consignataria que actuaba para TELF se disculpaba con el director de operaciones de EBHISA:
“Te pasé este email simplemente porque me lo vuelven a pedir los rusos que te pasase a fecha de hoy. En fin”.
Un reflejo, quizá, del agotamiento de meses de reclamaciones sin respuestas concluyentes.
El misterio del carbón “fantasma”
Durante 2021, varios informes técnicos y mediciones daban por hecho que el carbón seguía almacenado en las campas de EBHISA. Aquel año incluso se llegó a realizar una medición a instancias judiciales en la que se constató que aún había mineral visible en parque. Sin embargo, a medida que avanzaron las inspecciones, la cantidad real se redujo drásticamente, y en 2023 se hizo evidente que faltaban decenas de miles de toneladas.
KPMG sostiene que el supuesto “traslado meteorológico” del carbón en diciembre de 2020 nunca existió y que las trazas de movimiento interno no justifican el vacío posterior.
En otras palabras, el carbón pudo haber salido del puerto disfrazado documentalmente como otro lote, lo que habría permitido su reembarque clandestino.
La consultora lo resume en su informe con una frase seca:
“No existen evidencias de que el cargamento permaneciera completo en EBHISA tras noviembre de 2020.”
Una investigación abierta y muchas preguntas sin respuesta
Cinco años después, la pregunta sigue siendo la misma: ¿dónde está el carbón del Berge Triglav?
La Justicia mantiene dos vías activas:
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La penal, por presunta estafa y apropiación indebida.
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La civil y mercantil, por la reclamación de TELF a EBHISA y NMR.
Entretanto, el Puerto de Gijón y su filial pública han reforzado los controles internos, implementando sistemas digitales de trazabilidad, auditorías externas y seguimiento de pesadas y básculas en tiempo real, para evitar que un episodio similar vuelva a repetirse.
Fuentes del entorno portuario reconocen que el caso ha dejado “una huella de desconfianza” y que el daño reputacional tardará años en repararse.
“Nunca debería haber ocurrido”, admiten desde la Autoridad Portuaria.
Qué sabemos y qué no
Sabemos que:
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En 2021 se emitieron certificados de permanencia y facturas de almacenaje a NMR.
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En 2023, las mediciones judiciales confirmaron una pérdida significativa de material.
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Existen investigaciones penales y mercantiles en curso.
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EBHISA y el Puerto reconocen fallos graves en los controles internos.
No sabemos:
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Dónde está exactamente la mayor parte del carbón.
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Quién autorizó su salida real y qué responsabilidad concreta tuvo cada parte.
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Si hubo connivencia interna o solo negligencia.
El caso que desafía la memoria del puerto
El llamado “caso del carbón desaparecido” es ya el mayor escándalo logístico y documental en la historia reciente de El Musel.
Más allá de las cifras y los tribunales, el episodio ha puesto de manifiesto la fragilidad de los mecanismos de control en la gestión de mercancías a gran escala y la opacidad con que se manejaron los primeros meses del conflicto.
Hoy, el rastro del Berge Triglav sigue siendo un agujero negro en los registros del puerto.
Un caso que, como ironizan algunos trabajadores veteranos, “podría servir de guion para un documental sobre el carbón que se esfumó entre las sombras del muelle”.
Hasta hoy, 27 de octubre de 2025, ni EBHISA ni la Autoridad Portuaria de Gijón han podido acreditar oficialmente el paradero del carbón.
Y la búsqueda —judicial, documental y política— sigue abierta.
