Desde que amaneció, Valdesoto latía distinto. En la Casona de Leceñes, el corazón de la fiesta, les pites cacareaban junto a bueyes y burros engalanados, las vecinas se afanaban en la esfoyaza del maíz y otras picaban calabaza y cebolla “pa lo embutíu”. El aire olía a campo y a día grande. “Poneivos guapos, que os tán sacando fotos”, bromeaba Jacinto González mientras los flashes chispeaban entre la niebla matinal. Y en medio del bullicio, una moza con traje tradicional anunciaba que traía “agua de la fuente”, que, como es costumbre, no era precisamente agua.
La escena parecía un cuadro vivo de la Asturias rural, cuando, sin previo aviso, llegaron los Reyes, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. La bienvenida fue de película: Sidros, Comedies y un grupo de teatro local improvisando una disputa por el precio de unas patatas que hizo reír a la Reina Letizia y arrancó los primeros aplausos del día.
La Princesa toma protagonismo
Fue Leonor quien entregó el galardón y pronunció el discurso principal, consolidando su papel protagonista en los actos del Pueblo Ejemplar de Asturias 2025. Con voz firme, elogió “la unión vecinal de Valdesoto para hacer valer sus tradiciones y su cultura”. Luego, entre risas y curiosidad, se atrevió a embutir chorizos a la manera tradicional. “Esto no es muy de mi generación”, comentó, divertida, antes de pasar a la mayada de manzanas junto a su madre.
Mientras tanto, el Rey Felipe VI se lanzó a la bolera y derribó dos bolos, celebrados por los veteranos como “un buen golpe”. Sofía, siempre sonriente, prefirió no tentar a la suerte: “¡Imagina que le doy a una cámara o a una persona!”, exclamó entre carcajadas.
La Reina, por su parte, se mostró cercana y relajada durante toda la jornada, deteniéndose a conversar con vecinas y artesanos. “El día es el que tiene que ser, porque así es Asturias”, dijo con una sonrisa cuando el cielo comenzó a encapotarse.
Sidros, Comedies y retranca valdesotina
A la salida de la iglesia de San Félix, seis sidros aguardaban a la comitiva real entre cencerros y máscaras, marcando el inicio de las Comedies, esas representaciones satíricas que son la joya del humor valdesotino. No faltó nadie en sus dardos: hubo versos para el alcalde de Siero, Ángel García, para el presidente autonómico Adrián Barbón, y también, claro, para la Familia Real.
Las carcajadas fueron sonoras cuando propusieron candidatos para Leonor: “Si nun hai mozos del pueblu… siempre queda Barbón, que ta solteru”, soltaron entre aplausos. La reivindicación de la oficialidad del asturiano llegó también envuelta en humor, y el público respondió con una ovación cerrada.
El espíritu de Valdesoto, entre ironía y afecto, quedó patente en cada esquina. Allí, el pasado no se exhibe: se vive.
Tradición viva y oficio en cada rincón
La Familia Real visitó los puestos donde se mostraban oficios antiguos: el arte de cabruñar una gaudaña, la cestería, el trabajo de los ganaderos y la demostración de cómo se lavaba la ropa en el río, a cargo de Carmina, vecina que logró detener al cortejo durante largos minutos. “Esto sí que es auténtico”, murmuró un fotógrafo, mientras don Felipe observaba atento el vaivén del lavado a mano.
En la zona de artesanía, Leonor y Sofía se subieron a un coche clásico —la Princesa incluso se atrevió a conducir unos metros—, antes de recorrer una muestra de pintura, tejidos y tallas de madera hechas por las asociaciones locales.
En los márgenes del camino, los niños del pueblo agitaban banderines y saludaban a la Familia Real, que respondía con gestos y sonrisas. Fue, en palabras de un vecino, “un día de los que se cuentan a los nietos”.
El acto institucional y el “afayadizu”
El broche de oro llegó en el prao, abarrotado de gente y color. Entre les carroces, destacaba una escena teatral titulada “La Traviesa”, ganadora del año, mientras los músicos afinaban gaitas y tambores. Allí, el alcalde de Siero, Ángel García, abrió el acto oficial, seguido del presidente del jurado, Francisco Rodríguez, quien leyó el acta que acredita a Valdesoto como Pueblo Ejemplar de Asturias 2025.
La Princesa entregó el galardón a Manuel Hevia, primer presidente de la asociación “Todos juntos podemos”, que lo recibió dando saltos de alegría. Fue entonces cuando Leonor cerró su discurso con una palabra muy asturiana, que resonó con emoción en todo el valle:
“Valdesoto es un pueblo afayadizu.”
Un guiño perfecto para sellar un día inolvidable.
El sabor final: sidra, pote y bollos de mantequilla
El recorrido concluyó con una gran comida popular en el polideportivo. Quesos, bollos de mantequilla, cecina, tortos, pote asturiano y una tarta de almendra pusieron el punto dulce a una jornada redonda. Entre brindis y abrazos, los Reyes y sus hijas se despidieron de Valdesoto con el mismo gesto con el que habían llegado: cercanos, sonrientes y empapados del espíritu asturiano.
Al marcharse, alguien en la multitud lo resumió con acierto:
“Hoy Valdesoto no ha sido un pueblo ejemplar. Ha sido un ejemplo de Asturias entera.”
Y así fue: un día de raíz, de orgullo y de alma viva, en el que la tradición y la modernidad se dieron la mano bajo un cielo que, como dijo la Reina, fue el que tenía que ser.
