El crimen de Ribadesella abre un doble frente: la investigación por el asesinato de Toño Otero y la tutela del Principado sobre sus vacas en mal estado

El crimen de Ribadesella abre un doble frente: la investigación por el asesinato de Toño Otero y la tutela del Principado sobre sus vacas en mal estado

El ganadero fue asesinado a golpes el pasado 12 de septiembre en su casa de Cuevas del Agua. La investigación se centra ahora en el entorno cercano mientras el Gobierno asturiano asume el cuidado de su ganado por posible maltrato animal.

 

El asesinato de José Antonio “Toño” Otero Toraño, un ganadero de 60 años de Cuevas del Agua (Ribadesella), ha abierto una herida en el oriente asturiano que no deja de supurar. Tres semanas después de su muerte a golpes, la Guardia Civil mantiene varias líneas de investigación abiertas bajo secreto de sumario, mientras el caso ha derivado en un nuevo frente: el deterioro del estado de sus animales.

Ayer, veterinarios del Principado volvieron a inspeccionar la ganadería y constataron que las vacas no se encuentran en condiciones adecuadas de bienestar, lo que podría llevar en los próximos días a que la Consejería de Medio Rural asuma su custodia de forma oficial.

Una muerte rodeada de incógnitas

El 12 de septiembre, a plena luz del día, Toño Otero fue hallado muerto en su casa con golpes mortales en la cabeza. En un primer momento, su pareja, Mar Berjón, y la hermana de esta, presentes en la vivienda, aseguraron que habían sido atacados por dos encapuchados.

La versión, sin embargo, se fue resquebrajando. La propia cuñada del fallecido modificó días después su declaración, deslizando sospechas sobre la posible implicación de su hermana y cuestionando la existencia de los encapuchados. Los investigadores tampoco encontraron pruebas sólidas de la irrupción de terceros: los perros no ladraron, las cámaras no registraron nada y faltaban herramientas domésticas que podrían haber sido el arma del crimen.

El Juzgado de Cangas de Onís decretó secreto de sumario el 18 de septiembre. Fuentes de la investigación confirman que se está a la espera de los análisis toxicológicos y del informe forense completo, claves para determinar tanto la dinámica de los golpes como el estado de la víctima antes de morir.

El ganado, en el punto de mira

Mientras el proceso judicial avanza con paso lento, la situación en la explotación de Toño Otero ha encendido las alarmas. Desde el asesinato, la ganadería quedó en manos de su pareja. Pero las inspecciones de Medio Rural realizadas durante las dos últimas semanas revelan que los animales han perdido peso y no reciben la atención adecuada.

Ayer martes, los veterinarios ratificaron la mala situación del rebaño. En paralelo, la Guardia Civil abrió diligencias para esclarecer si hay indicios de maltrato animal, lo que podría derivar en responsabilidades penales para Mar Berjón.

Se da la circunstancia de que la propiedad legal del ganado corresponde a la hermana del fallecido, no a su pareja, lo que complica aún más la gestión de la explotación.

El Principado ha anunciado que, en caso de confirmarse el informe negativo, retirará los animales y se hará cargo de ellos temporalmente. “No se puede permitir que la investigación penal deje a los animales en condiciones de abandono”, señalan fuentes de la Consejería.

La sombra sobre Cuevas del Agua

El crimen ha golpeado de lleno a una pequeña comunidad rural, acostumbrada a la vida tranquila de las brañas y al ritmo lento de las estaciones. Los vecinos, que en un primer momento hablaron de la posibilidad de un robo violento, reconocen ahora el estupor ante las contradicciones en las versiones y la falta de pistas sólidas.

El caso de Toño Otero se ha convertido en un símbolo de incertidumbre y sospechas cruzadas:

  • Una investigación criminal que se estrecha en el entorno familiar.

  • Un rebaño desatendido que pone en cuestión la capacidad de gestión de la explotación.

  • Y un Principado obligado a intervenir para garantizar el bienestar animal mientras se resuelve el caso.

Lo que viene ahora

En los próximos días se esperan los resultados de las pruebas forenses y toxicológicas que podrían arrojar luz sobre la autoría del crimen. Al mismo tiempo, el informe veterinario definitivo determinará si el Gobierno regional retira las vacas de la explotación y las traslada a otra tutela.

El crimen de Ribadesella sigue siendo, a día de hoy, un rompecabezas abierto: un asesinato brutal sin esclarecer y una ganadería pendiente de ser rescatada de la desidia.

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