El VI Concurso Internacional “Una de Bravas” corona su propuesta “Bravas Alocadas” como la mejor del mundo. Asturias brilló en la final con las creaciones de Iván Martínez (Oviedo) y Carolina Fanjul (Gijón), que llevaron el sabor del Principado a la cita gastronómica más importante sobre este plato.
Palencia se convirtió este fin de semana en la capital mundial de las patatas bravas. El Hotel Rey Sancho acogió la gran final del VI Concurso Internacional de Elaboración de Patatas Bravas, más conocido como Palencia Brava 2025, en la que se enfrentaron 19 finalistas llegados de toda España. El ganador absoluto fue Javier Alfaro, del restaurante madrileño Rosi La Loca, con su sorprendente propuesta “Bravas Alocadas”.
El podio lo completaron Ariel Munguía, del Canfranc Express (Huesca, 1★ Michelin) con sus “Bravas desde 1928”, y Alberto Villegas, del San Remo (Palencia), con “Las bravas del abuelo Isaac”.
Asturias, presente y con nota
Aunque el primer premio viajó a Madrid, Asturias también estuvo en el mapa bravista. Dos cocineros del Principado defendieron el pabellón regional: Iván Martínez (El Dólar, Oviedo) con sus “Patatas dólar” y Carolina Fanjul (Inferno Gastrobar, Gijón) con sus “Pataguetti”. Sus creaciones aportaron personalidad y originalidad, confirmando que la cocina asturiana no solo brilla en guisos y fabadas, sino también en tapas de barra que conquistan paladares.
Un jurado de altura y premios generosos
El jurado, presidido por Julio Valles (Academia de Gastronomía de Castilla y León), valoró sabor, técnica, viabilidad en barra y estética. Entre sus miembros se encontraban chefs de prestigio como Aarón Ortiz (Kabo), la periodista Eva Celada o los influencers gastronómicos Sezar Blue y Charlito Cook.
El campeón se llevó 1.500 euros en metálico, 1.500 botellines de agua Fuentes de Lebanza, un vídeo profesional y varios lotes de productos, además de una obra del artista Antonio Guzmán Capel. También hubo premios a la Innovación (Álvaro Abad, Alicante), a la Estética (José Luis Martínez, Madrid) y Menciones Especiales tanto del jurado como del público.
De la posguerra a la alta cocina
Las patatas bravas nacieron en el Madrid de la posguerra, se popularizaron en los años cincuenta y sesenta y evolucionaron con estilos diversos: desde la salsa sin tomate ligada con harina, pimentón y cayena hasta las versiones con alioli o tomate que triunfan en Cataluña y otras regiones. Hoy, son a la vez tapa popular y cocina de vanguardia, y Palencia se ha consolidado desde 2020 como la sede del certamen más importante del mundo dedicado a este icono gastronómico.
Un plato que une tradición y futuro
El concurso demuestra que las bravas son mucho más que una tapa: son identidad cultural y campo de innovación culinaria. Y en ese escenario, la participación de Oviedo y Gijón certifica que Asturias tiene mucho que decir también en las barras más bravas.