Crimen en Ribadesella: un relato que se desmorona y una investigación que apunta cada vez más cerca

Crimen en Ribadesella: un relato que se desmorona y una investigación que apunta cada vez más cerca

El asesinato de José Antonio Otero Toraño, “Toño”, el ganadero de 60 años hallado muerto a golpes en su casa de Cueves (Ribadesella) el 12 de septiembre, ya no se interpreta como la acción de dos encapuchados que irrumpieron en pleno día. La Guardia Civil desmonta poco a poco ese escenario y lo sustituye por uno mucho más inquietante: el crimen nació en el interior de la casa y en el círculo más íntimo de la víctima.

Por qué la Guardia Civil desconfía

Los investigadores nunca encajaron la versión de la viuda, María del Mar Berjón, sobre los dos asaltantes. Y no fue por una corazonada, sino por una serie de pruebas y contradicciones:

  1. Hora del crimen

    • Fue a las 12 del mediodía, con turistas recorriendo la Cuevona y las casas tradicionales de la zona.

    • Un ataque con encapuchados en un lugar concurrido tendría altas probabilidades de ser visto.

    • Ningún testigo ha aportado nada.

  2. Lugar del crimen

    • Cueves es una aldea de difícil acceso, con carreteras estrechas y sin vías rápidas de huida.

    • Unos asaltantes externos habrían tenido serias dificultades para escapar sin ser vistos.

  3. Los perros

    • Los animales no ladraron.

    • La Guardia Civil interpreta este silencio como un indicio claro: el agresor era alguien conocido para ellos, alguien habitual en la casa.

  4. El robo que nunca existió

    • Había dinero en la vivienda.

    • Ningún objeto de valor fue sustraído.

    • Esto descarta el móvil del robo y refuerza la tesis de un crimen personal.

  5. Las cámaras y la ausencia de rastros

    • Cámaras cercanas al entorno de la Cuevona no registraron movimiento de sospechosos.

    • Ninguna huella nueva relevante se ha identificado en la zona.

  6. El arma del crimen

    • El cuerpo presentaba golpes brutales en la cabeza con un objeto contundente, aún no identificado.

    • El tipo de violencia apunta más a un ataque cercano y descontrolado que a un asalto planificado.

La declaración de la cuñada: pieza que cambia el tablero

La hermana de la viuda, Magdalena “Mada” Berjón, declaró primero que había escuchado a su hermana hablar de dos encapuchados y que repitió ese relato. Pero días después, en Gijón, reconoció que ella nunca vio a nadie y que en realidad solo transmitió lo que su hermana le dijo.

Su confesión fue aún más lejos: admitió que la Guardia Civil ya le preguntó en la primera declaración si creía que su hermana podía haber matado a Toño. «Entonces lo negué, casi me desmayo, pero ahora no sé qué contestarles», reconoció.

Este cambio desmonta la base de la coartada de la viuda y refuerza la idea de que la primera versión fue una cortina de humo improvisada.

El móvil económico: la pista más sólida

Los agentes insisten en una línea prioritaria: intereses económicos en el entorno familiar.

  • Toño era el titular de la ganadería y, por tanto, de las 13 vacas y otros animales.

  • La heredera legal no era su pareja, sino su hermana, con quien ya mantenía desavenencias patrimoniales por la herencia de los padres.

  • La viuda habría intentado vender reses para obtener liquidez, pero no puede hacerlo al no ser propietaria legal.

  • La tensión económica, sumada a las dificultades de mantener sola la ganadería, coloca este aspecto en el centro de las hipótesis.

Inspecciones y vigilancia

El Principado, a través de técnicos de Medio Rural, inspeccionó esta semana la ganadería. Constataron que los animales estaban en buen estado y que la explotación seguía funcionando.
La viuda, mientras tanto, continúa viviendo en la casa y atendiendo al ganado, aunque su actitud ha cambiado: de mostrarse abatida y con paso lento a recuperar un porte fuerte y retador, según sus vecinos.

Lo que falta por resolver

La Guardia Civil trabaja sobre varios frentes clave:

  • Identificar el arma del crimen.

  • Resultados de toxicología: podrían determinar si Toño tenía sus capacidades mermadas en el momento del ataque.

  • Reconstrucción del momento exacto del crimen: qué pasó en esos minutos cruciales y quién estaba realmente presente.

El procedimiento judicial sigue bajo secreto de sumario en el Juzgado de Instrucción de Cangas de Onís.

La conclusión provisional

Para la Guardia Civil, el puzzle encaja en una dirección clara: no hubo encapuchados, ni robo, ni asaltantes huidizos por las montañas de Ribadesella. Lo que se investiga es un crimen íntimo, doméstico, con un móvil económico latente y una viuda bajo creciente sombra de sospecha.

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