El caso que sacude a Ribadesella desde el pasado viernes ha sumado este martes un nuevo y estremecedor capítulo. Por primera vez, María del Mar Berjón, la viuda de José Antonio Otero Toraño, conocido como Toño, el ganadero asesinado a golpes en su casa de Cuevas del Agua, ha hablado ante las cámaras. Con el rostro marcado por la conmoción y la voz temblorosa por la medicación que asegura estar tomando, relató escenas de una violencia brutal que rompen de lleno la tranquilidad de la versión inicial.
“Vi a dos hombres entrar y salir. Hablaban español, les entendí. Uno igual tenía perilla. Repetían una y otra vez: ‘¿Dónde está el dinero?’”, declaró. Su respuesta fue simple: “No lo tenemos, solo lo justo para comprar luego, cuando pase el tren y saquemos a las vacas”. Pero las súplicas no aplacaron la violencia.
Según su relato, Toño fue inmovilizado y los encapuchados le cubrieron la cabeza con una manta del salón. Él mismo, ahogado, alcanzó a gritar: “No puedo respirar”. Ella trató de intervenir, abrió la puerta de la sala y suplicó que lo soltaran. La respuesta fue otro ataque: la tiraron al suelo, le pisaron una mano y la golpearon en la cabeza.
Las últimas palabras de Toño
Su cuñada, Magdalena, conocida como Mada, también ha dado un testimonio estremecedor: asegura que Toño llegó a pedirle, en medio de la agresión: “Dame las manos, no me sueltes”. La mujer insiste en que no se llevaron nada de la casa: “El dinero sigue estando ahí, no cogieron nada”.
Además, Mada reconoció que el ganadero arrastraba conflictos familiares, económicos y vecinales, desde disputas por la venta de leche hasta tensiones dentro de la familia. Un dato que abre la puerta a nuevas hipótesis y que alimenta el desconcierto sobre un crimen aún sin resolver.
Las incógnitas del crimen
La investigación sigue plagada de sombras. Las cámaras de seguridad de la zona no grabaron el momento de la agresión ni la huida. Los perros de la finca, que debieron ladrar ante una irrupción tan violenta, permanecieron en silencio. El arma homicida no ha sido localizada. Y la autopsia, practicada en el Instituto de Medicina Legal de Oviedo, todavía no ha dado a conocer resultados definitivos.
Mientras tanto, la Guardia Civil mantiene varias líneas abiertas. La esposa y la cuñada ya han prestado declaraciones durante más de seis horas. Se han desplegado drones para revisar la zona y se están recopilando grabaciones de cámaras privadas en busca de alguna pista que rompa la maraña de incógnitas.
Un pueblo en vilo
La brutal muerte de Toño ha dejado helada a la comunidad ganadera y a todo Ribadesella. Vecinos que lo conocían bien no encuentran explicación a un ataque así. La viuda lo resumió entre lágrimas: “Entraron pidiendo dinero, pero se fueron dejando a mi marido muerto. No entiendo nada”.
Un asesinato cometido en la intimidad de una casa de aldea, con encapuchados que hablaban español y actuaron con violencia quirúrgica. Un crimen que, cuatro días después, sigue sin culpables ni móviles claros, y que mantiene a toda Asturias con la mirada fija en Cuevas del Agua.