El Gobierno autonómico reconoce el valor histórico, artesanal y social de esta indumentaria única, recuperada gracias al esfuerzo vecinal y al impulso del Museo de la Escuela Rural de Asturias.
Asturias da un paso más en la protección de su identidad cultural. La Consejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte ha aprobado la inclusión del traje tradicional de Cabranes en el Censo del Patrimonio Cultural Inmaterial del Principado. Esta decisión refuerza el compromiso del Ejecutivo autonómico con la conservación de las tradiciones y saberes artesanales que conforman la memoria colectiva y la diversidad etnográfica de la región.
Este atuendo femenino, de carácter sobrio y monocromático, está íntimamente ligado al ritual de la ofrenda del ramu, especialmente en la célebre festividad del Carmen de Torazu, declarada Fiesta de Interés Turístico del Principado. La prenda se distingue por elementos tan característicos como el jubón ajustado y el dengue en pico sobre el pecho, que lo diferencian de otros trajes tradicionales asturianos.
Una tradición al borde del olvido, rescatada con orgullo
El proceso de recuperación del traje comenzó en los años noventa gracias a investigaciones etnográficas y cobró fuerza en 2014 con el programa Alcordanza: historia, cultura y tradición, impulsado por el Museo de la Escuela Rural de Asturias y el Ayuntamiento de Cabranes. Desde 2018, talleres intergeneracionales han permitido reintroducir el uso del traje en las celebraciones locales, convirtiéndolo en un ejemplo de participación ciudadana en torno al patrimonio.
La consejera de Cultura, Vanessa Gutiérrez, destacó que esta declaración es “un reconocimiento a las prendas singulares usadas en el ritual del ramu, a su valor para la identidad colectiva y a las técnicas artesanales transmitidas de generación en generación. También es un homenaje a una comunidad que, con esfuerzo y orgullo, logró rescatar una tradición que estuvo a punto de desaparecer”.
Un legado documentado y vivo
El traje de Cabranes se compone de falda y delantal negros, medias oscuras, zapatos clásicos de tacón bajo, jubón con mangas abullonadas y tablas, y el emblemático dengue, que realza la silueta femenina. El conjunto se completa con pañuelos de seda estampada y de hilo blanco, utilizados en el hombro para portar el ramo. Su sobriedad en negro, contrastada con detalles de color en pañuelos y adornos, lo convierte en un atuendo único y reconocible en las festividades cabranesas.
Este vestuario ha quedado plasmado en las fotografías de principios del siglo XX de Juan Evangelista Canellada, que documentan su presencia en fiestas como el Rosariu de Santolaya, el Carmen de Arboleya, Xiranes y, especialmente, el Carmen de Torazu. Esta última es considerada la mayor procesión de ramos de Asturias, con una tradición que se remonta a 1766 y en la que desfilaban más de 30 ramos.
Patrimonio vivo y futuro asegurado
Con esta inclusión en el Censo del Patrimonio Cultural Inmaterial, el Gobierno de Asturias refuerza su apuesta por dar visibilidad y protección a las manifestaciones culturales rurales, reconociendo el papel de los concejos y las comunidades locales en la transmisión del legado asturiano.
El traje de Cabranes, símbolo de identidad y orgullo colectivo, se convierte así en un emblema protegido, asegurando que su historia y su estética única sigan vivas para las próximas generaciones.