Las exmonjas clarisas de Belorado, que hace apenas unos meses iniciaron una nueva etapa de vida en Asturias tras su salida del convento burgalés y su excomunión, han denunciado un hecho estremecedor: el envenenamiento de varios de sus perros en su finca del concejo de Cangas de Onís. La comunidad, conocida por haber abierto un restaurante en Arriondas y trasladado su proyecto de adiestramiento y cría de perros al Principado, asegura que los ataques se han cobrado ya la vida de un Braco de Weimar y han afectado a otros animales.
La denuncia se hizo pública a través de redes sociales. En un vídeo, Sor Sión muestra lo que describe como “una galleta de harina llena de puntitos negros”, que, tras consultar con veterinarios y criadores, identifica como un cebo envenenado. “Es una barbaridad. Son seres inocentes”, lamenta. Acompañando al vídeo, la comunidad publicó un comunicado en el que asegura que los hechos “atentan contra la vida de criaturas indefensas” y afectan directamente “a la paz y espiritualidad” de las hermanas.
Una comunidad que cambió de vida
Tras años de tensiones con la Iglesia y un proceso de excomunión, las religiosas decidieron abandonar el convento de Belorado, que finalmente fue desalojado por orden judicial. Su proyecto dio un giro radical con su llegada a Asturias: aquí abrieron un restaurante en Arriondas y trasladaron a la región su núcleo zoológico autorizado, con el que promueven el adiestramiento de perros y la cría de razas de trabajo. Desde su llegada, las hermanas han intentado construir un futuro basado en la autosuficiencia, el emprendimiento y su vocación animalista.
Cebos letales: un problema histórico
El uso de veneno en el medio natural es ilegal y está considerado uno de los métodos más dañinos para la fauna y los animales domésticos. Según la Estrategia Nacional contra el Uso Ilegal de Cebos Envenenados, estas prácticas no solo constituyen un delito castigado por el Código Penal, sino que son altamente peligrosas porque no discriminan: pueden matar a perros, gatos, aves rapaces y otras especies protegidas.
Asturias no es ajena a este problema. En el pasado, el Principado ha registrado numerosos casos de envenenamientos, sobre todo en zonas rurales y de caza, lo que ha llevado a reforzar los protocolos de vigilancia con unidades caninas especializadas del SEPRONA. Las autoridades recomiendan no tocar los cebos, fotografiarlos, marcar el punto exacto y llamar al 062 o al 112 para garantizar la cadena de custodia.
Indignación y miedo
Para la comunidad religiosa, este suceso es devastador. “Nuestros animales son familia, forman parte de nuestro proyecto y de nuestros valores”, explican en su comunicado. Denuncian que el ataque “impacta directamente en la paz y espiritualidad” que buscan en Asturias y hacen un llamamiento a la reflexión: “La fraternidad verdadera se construye desde el respeto a toda criatura”.
La noticia ha causado conmoción entre los vecinos de la zona y entre los seguidores de las hermanas en redes sociales, donde han recibido una ola de apoyo. Las monjas insisten en que su actividad es transparente y legal y que cumplen con todos los requisitos de su núcleo zoológico autorizado.
Una práctica criminal
Colocar veneno en el campo es una práctica clandestina que mata de forma indiscriminada. Los cebos suelen prepararse con harina, grasa u otros alimentos atractivos para los animales, mezclados con pesticidas o rodenticidas. Los síntomas en los perros van desde vómitos y convulsiones hasta la muerte en pocas horas si no reciben tratamiento urgente. Las protectoras recuerdan que estos actos no solo suponen maltrato animal, sino que pueden afectar a la salud pública y al ecosistema.
Investigación en marcha
Aunque todavía no hay resultados oficiales, la comunidad ha informado de que el SEPRONA y veterinarios de la zona ya están al tanto del caso. Se espera que se realicen análisis toxicológicos del animal fallecido para confirmar la sustancia utilizada y que se refuerce la vigilancia en el área.
Mientras tanto, las hermanas piden protección y respeto: “No buscamos polémicas, solo vivir en paz y cuidar de nuestros animales”.