San Agustín: la ciudad asturiana que nació en América celebra mañana su Día de los Fundadores

San Agustín: la ciudad asturiana que nació en América celebra mañana su Día de los Fundadores

Este sábado 6 de septiembre, la ciudad más antigua de Estados Unidos rememora el desembarco de Pedro Menéndez de Avilés en 1565. Recreaciones históricas, misas solemnes y un ambiente colonial evocan el momento en que un marino asturiano cambió la historia del continente.

En la costa noreste de Florida, donde el Atlántico se abre en tonos turquesa y el aire huele a sal y a azahar, se alza una ciudad que parece detenida en el tiempo. San Agustín, con sus calles adoquinadas, balcones de hierro forjado y murallas de piedra coralina, se prepara para una de sus celebraciones más esperadas: el Día de los Fundadores, que este año conmemora el 460.º aniversario de la llegada de un marino avilesino que dejó una huella imborrable al otro lado del océano: Pedro Menéndez de Avilés.

Mañana, sábado 6 de septiembre, el casco histórico de San Agustín se llenará de trajes del siglo XVI, disparos de mosquete y olor a pólvora, mientras recreadores y descendientes de colonos reviven el momento en que Menéndez desembarcó con más de 800 personas, plantó una gran cruz y celebró una misa que muchos historiadores consideran el primer “Thanksgiving” de los Estados Unidos.

Un pedazo de Asturias en la Florida

San Agustín no es solo un lugar en los mapas: es la ciudad más antigua de los Estados Unidos continentales habitada de forma ininterrumpida. Fue fundada el 8 de septiembre de 1565, pero lleva el nombre de San Agustín porque los exploradores avistaron tierra por primera vez el 28 de agosto, día del santo. El propio Menéndez, nacido en Avilés en 1519, era ya entonces uno de los marinos más prestigiosos de Felipe II, con experiencia en expediciones transatlánticas y defensa de convoyes.

El desembarco no solo marcó el inicio de la colonización española en Florida, sino también el comienzo de una historia de intercambio cultural con los nativos timucua. Las crónicas describen una ceremonia sencilla, con una misa al aire libre y una comida compartida entre españoles e indígenas. Aquel gesto de fraternidad, olvidado por siglos, es hoy un símbolo que esta ciudad reivindica con orgullo.

Un viaje al siglo XVI

El corazón de la celebración es el Mission Nombre de Dios, donde aún se conserva una gran cruz de acero que señala el punto exacto de la fundación. Allí, desde primera hora de la mañana, se sucederán actividades para revivir el espíritu de 1565:

  • Recreación histórica del desembarco: Actores vestidos de soldados, frailes franciscanos y colonos escenifican la llegada de Menéndez, con salvas de arcabuces y el sonido de tambores militares.

  • Misa solemne al aire libre: Presidida por el obispo de San Agustín, se celebra en el mismo lugar donde se ofició la primera ceremonia católica en territorio continental estadounidense.

  • Campamentos y talleres históricos: Se instalarán tiendas que recrean la vida de los colonos, mostrando armas, utensilios y oficios del siglo XVI.

  • Visitas guiadas: Expertos locales narrarán cómo San Agustín resistió ataques de piratas, incendios y cambios de bandera, manteniendo vivo su carácter español.

  • Desfiles y música: Grupos de recreación histórica desfilarán por las calles del casco antiguo, acompañados por bandas y tambores.

El ambiente será único: cascos y armaduras brillando al sol de Florida, frailes franciscanos caminando descalzos por los senderos del santuario y niños probando caligrafía con plumas y tinta, mientras los mayores degustan comida inspirada en recetas coloniales.

Una joya histórica al otro lado del Atlántico

San Agustín es hoy un destino turístico con encanto, pero caminar por sus calles es adentrarse en la historia. El Castillo de San Marcos, construido por los españoles en el siglo XVII, domina el paisaje con sus muros de piedra coquina; las estrechas calles como St. George Street huelen a pan recién hecho y guardan tiendas artesanales; y la Plaza de la Constitución recuerda los lazos profundos entre España y América.

 

Cada rincón parece susurrar que esta ciudad nació de una visión asturiana. Las casas coloniales, las iglesias y el propio trazado urbano cuentan la historia de un pequeño puerto que se convirtió en baluarte del imperio español en América.

Un puente cultural que sigue vivo

El Día de los Fundadores no es solo una celebración histórica; es también una cita que mantiene vivos los lazos culturales. Cada año llegan visitantes desde toda Florida y más allá, incluidos asturianos y descendientes de emigrantes que encuentran aquí una conexión con sus raíces.

En el santuario, las banderas de España y Estados Unidos ondean juntas, recordando que esta ciudad es fruto del encuentro de culturas. Para los residentes de San Agustín, el evento es una manera de rendir homenaje a su identidad hispana y a una herencia que trasciende siglos.

“Aquí no se trata solo de turismo. Es nuestra historia, y cada vez que Pedro Menéndez vuelve a pisar estas tierras en la recreación, sentimos orgullo”, comenta John Capo, voluntario del Florida Historic Militia.

Una cita para vivirla

Este fin de semana, San Agustín se transformará en un escenario del siglo XVI. Quien la visite encontrará soldados españoles caminando junto a turistas, frailes franciscanos cantando salmos bajo el sol y artesanos mostrando técnicas ancestrales. El eco de la pólvora, el repique de campanas y el olor a mar formarán parte de una experiencia única: un viaje en el tiempo para recordar que América y Asturias están unidas desde hace 460 años.

Mañana, cuando los recreadores levanten la cruz de madera en el Mission Nombre de Dios, se volverá a contar la historia de cómo un avilesino cruzó el océano y fundó una ciudad que, siglos después, sigue latiendo con espíritu español.

Dejar un comentario

captcha