Asturias abre la fosa de Carcéu: arranca la búsqueda de seis jóvenes asesinados en 1936 por el franquismo

Asturias abre la fosa de Carcéu: arranca la búsqueda de seis jóvenes asesinados en 1936 por el franquismo

El Gobierno del Principado inició ayer los trabajos de exhumación en Valdés para localizar a seis víctimas de entre 17 y 21 años fusiladas al comienzo de la Guerra Civil. La actuación es un paso clave en el compromiso de Asturias con la Memoria Democrática.

 

El sonido de las palas y pinceles volvió a romper ayer el silencio de Carcéu, en el concejo de Valdés. Allí, en una pequeña pradera convertida en improvisada tumba hace casi 90 años, el Gobierno de Asturias ha comenzado los trabajos de exhumación de seis jóvenes asesinados en octubre de 1936, al inicio de la Guerra Civil, por fuerzas franquistas.

La viceconsejera de Derechos Ciudadanos, Beatriz González Prieto, y la directora general de Memoria Democrática, Begoña Collado, visitaron ayer el lugar para supervisar los trabajos y lanzar un mensaje claro: Asturias no olvidará a sus desaparecidos.

“Realmente no hay nada que justifique esa brutalidad y ese ensañamiento con el que actuaron falangistas y Guardia Civil sobre estos chicos”, lamentó González, visiblemente emocionada.

Víctimas con nombre y apellidos

Las investigaciones apuntan a que en la fosa descansan seis vecinos de Ovés y Brañalonga, todos ellos muy jóvenes:

  • Francisco González Prado, 17 años

  • Bernabé Fernández Alonso

  • Francisco García Rodríguez

  • Darío Peláez Cuervo, 21 años

  • Fernando González Peláez, 21 años

  • Julio González Peláez, 19 años

Los testimonios recogidos por historiadores locales y familiares señalan que fueron detenidos en octubre de 1936 y fusilados sin juicio, en un acto de terror destinado a castigar y sembrar miedo en las parroquias del occidente asturiano.

Compromiso con la verdad, justicia y reparación

La exhumación forma parte del plan de actuaciones impulsado por la Ley de Memoria Democrática, que el Principado aplica con un calendario ambicioso: solo en 2025 están previstas intervenciones en más de una decena de fosas, además de estudios históricos, señalización de lugares de memoria y apoyo directo a familias de desaparecidos.

“Siempre es un éxito que se escuche a las familias y que se pongan recursos públicos para cerrar heridas”, destacó González, recordando que muchas de estas familias llevan generaciones esperando recuperar los restos de sus seres queridos.

Arqueología y ciencia al servicio de la memoria

Los trabajos en Carcéu están dirigidos por el grupo de arqueología Arqueos de la Universidad de Oviedo, que ya ha colaborado en otras exhumaciones recientes, como las de Paredes (Valdés) o San Pedro de Arrojo (Somiedo).

El equipo, compuesto por arqueólogos, forenses y técnicos especializados, trabaja con extremo cuidado: primero se delimitan las áreas de enterramiento mediante prospecciones, después se procede a la excavación manual para preservar cualquier evidencia. Una vez hallados, los restos se trasladarán a laboratorio para su análisis y posterior identificación genética.

Un mapa del terror que se reconstruye

En el concejo de Valdés hay documentadas varias fosas comunes de víctimas del franquismo, y este año también está previsto intervenir en la fosa de Santiago de Molenes (Grado). Según los estudios de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Asturias podría albergar más de 350 lugares de enterramiento clandestino de represaliados, muchos aún sin intervenir.

Cada actuación no solo busca recuperar cuerpos, sino también restituir la dignidad histórica de quienes fueron asesinados.

Familias que esperan justicia

Para los descendientes de los jóvenes de Carcéu, esta intervención es mucho más que arqueología: es la posibilidad de poner nombre y fecha a una tragedia silenciada. “Esto es para que mis abuelos descansen, para que mis hijos sepan lo que pasó”, explicaba ayer un familiar que asistía al arranque de los trabajos.

Asturias lidera la memoria democrática

Asturias se ha convertido en referencia nacional en políticas de memoria, con un plan estable de exhumaciones y financiación autonómica. Desde 2020, el Principado ha identificado e intervenido en decenas de fosas, devolviendo a muchas familias restos que llevaban décadas desaparecidos.

“Estamos cumpliendo con lo que prometimos: verdad, justicia y reparación”, subrayó la viceconsejera. “Este trabajo no es solo un acto de justicia histórica, sino una obligación ética con quienes construyeron nuestra tierra y fueron asesinados por sus ideas”.

Una deuda histórica que empieza a saldarse

Ochenta y nueve años después de aquellos fusilamientos, Carcéu deja de ser solo un prado tranquilo: se convierte en símbolo. Con cada palada de tierra removida, Asturias honra a sus muertos y construye un futuro que no olvida.

Pronto, cuando se complete el trabajo y los cuerpos sean identificados, seis familias podrán al fin cerrar un duelo abierto desde 1936. Y toda Asturias recordará que la memoria, lejos de dividir, es el puente más firme entre pasado y presente.

 

Pie de foto: En la imagen, la viceconsejera de Derechos Ciudadanos, Beatriz González Prieto, y la directora general de Memoria Democrática, Begoña Collado Villa, en los trabajos de exhumación de la fosa común del cementerio de Carcéu, junto con miembros del grupo Arqueos y familiares de las victimas.

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