Los quesos más caros del mundo: ¿Quieres saber por qué algunas piezas alcanzan precios de oro?

Los quesos más caros del mundo: ¿Quieres saber por qué algunas piezas alcanzan precios de oro

Cada final de verano, una noticia recorre Asturias y el mundo: un Cabrales vuelve a batir récords en la tradicional subasta de Arenas de Cabrales. Este año no ha sido la excepción, con una cifra histórica que reafirma al queso azul asturiano como el rey indiscutible de las pujas internacionales. Pero el Cabrales no está solo en este Olimpo lácteo: España entera, y otros rincones del planeta, producen quesos que hacen suspirar —y vaciar carteras— a coleccionistas, hosteleros y amantes del lujo gastronómico.

Hoy vamos más allá del titular del día: viajamos por los quesos más caros del mundo para descubrir qué los hace tan especiales, quién paga esas fortunas y qué significa esto para la cultura quesera.

Asturias: donde las cuevas guardan tesoros azules

El Cabrales se ha convertido en un icono mundial. Su proceso artesanal, con leche cruda de vaca, oveja y cabra, y maduración en cuevas naturales de los Picos de Europa, lo convierte en una joya gastronómica. Cada año, el certamen de Arenas de Cabrales selecciona una pieza campeona que es subastada entre restaurantes de toda España.

La escena ya es tradición: empresarios asturianos, encabezados por Iván Suárez, propietario de El Llagar de Colloto, pujan fuerte para hacerse con el queso campeón y colocarlo en sus cartas como un símbolo de orgullo regional. Suárez lleva seis años consecutivos batiendo récords: empezó en 2018 pagando 14.300 € y este verano se llevó el queso campeón por 37.000 €. ¿Locura? No tanto. Parte de la recaudación va a causas solidarias, y la repercusión mediática convierte el queso en un vehículo de promoción para Asturias.

Encarnación Bada, quesera de Tielve y autora de la pieza de este año, explicaba con sencillez el secreto:

“Hay que subirlo a la cueva a 1.500 metros, donde no llegan ni los coches. Lleva mucho trabajo.”

Asturias no solo presume de Cabrales: el Gamonéu, otro queso azul de montaña, protagonizó en 2024 una subasta histórica que alcanzó 8.800 € por dos piezas campeonas, destinadas a recaudar fondos para la investigación de la ELA.

España: del Cabrales al Idiazabal de lujo

El fenómeno no es exclusivo de Asturias. España entera es un paraíso quesero y algunas de sus piezas compiten en fama y precio.

  • Idiazabal (País Vasco): La feria de Ordizia celebra cada año una subasta donde las pujas son casi deporte nacional. En 2014, la cooperativa Ampo pagó 13.050 € por medio queso (unos 700 gramos), un récord que elevó al Idiazabal a categoría de joya gastronómica.

  • Torta del Casar (Extremadura): Aunque sus precios en tienda son más moderados, en eventos benéficos ha alcanzado cifras notables gracias a su sabor único y textura cremosa.

  • Queso Manchego añejo: Piezas antiguas, guardadas como reliquias, han protagonizado ventas privadas a precios que rondan los 1.000 €/kg, convirtiéndose en objetos de colección.

España demuestra así que la tradición quesera puede competir con el lujo internacional, manteniendo siempre un fuerte vínculo con la cultura local y la solidaridad.

El mapa global del queso millonario

En el resto del mundo encontramos quesos que, más que alimentos, parecen obras de arte o rarezas científicas.

Queso                                  País              Precio aproximado                Por qué es tan caro

Pule Serbia 1.000–5.000 €/kg Hecho con leche de burra de raza balcánica; se necesitan 25 litros de leche para 1 kg. Producción mínima.
Queso de leche de alce Suecia 900 €/kg Solo tres alces domesticados producen leche unos meses al año.
Stilton blanco con oro Reino Unido 700 €/kg Queso inglés con láminas de oro comestible de 24 quilates.
Caciocavallo Podolico Italia 500 €/kg Leche de vacas Podólicas, raza en peligro, producción muy limitada.
Cabrales (pieza campeona) España 37.000 € (pieza) Subasta anual, maduración en cuevas naturales, promoción solidaria.

En todos los casos, el precio no se limita al sabor: escasez, tradición, marketing y prestigio juegan papeles clave. El queso Pule, por ejemplo, procede de una reserva natural en Serbia donde solo 15 burras producen leche; mientras que el Stilton con oro es más un símbolo de lujo que un producto artesanal.

Cuando un queso vale más que un coche

¿Por qué alguien paga miles de euros por un queso? Las respuestas varían:

  1. Marketing gastronómico: Restaurantes que compran estas piezas ganan visibilidad global.

  2. Solidaridad: Muchas subastas destinan parte de los fondos a fines benéficos.

  3. Patrimonio cultural: Detrás de cada queso hay historias de pastores, cuevas, recetas centenarias.

  4. Exclusividad: Son productos únicos, irrepetibles y, en algunos casos, imposibles de replicar.

El caso del Cabrales resume todos estos factores. Asturias ha conseguido que su queso estrella no solo sea un manjar, sino también un embajador cultural: cada subasta convierte un alimento tradicional en una noticia global, situando a la región entre los grandes destinos gastronómicos del planeta.

Conclusión: Asturias, capital mundial del queso

En un mundo donde el lujo suele medirse en relojes o coches, hay un rincón del norte de España donde el lujo se afina en cuevas húmedas. El Cabrales, junto con joyas internacionales como el Pule serbio o el queso de alce sueco, nos recuerda que el verdadero lujo no siempre está en lo ostentoso, sino en la autenticidad, el trabajo artesanal y el amor por la tierra.

Así que la próxima vez que degustes un buen Cabrales, aunque sea en una tabla sencilla, recuerda: en algún lugar, esa misma tradición ha llevado a pagar decenas de miles de euros por una sola pieza. Y Asturias sigue siendo, con razón, la capital mundial de los quesos de leyenda.

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