Ni el viento, ni la lluvia, ni la coincidencia con otros eventos lograron frenar a Gijón: 9.833 personas alzaron sus botellas y vasos en la Playa de Poniente para escribir una nueva página en la historia de la sidra asturiana. El rugido colectivo cuando se anunció la cifra oficial fue el sonido de toda una ciudad celebrando su identidad y reafirmando que aquí la sidra es mucho más que una bebida: es cultura, orgullo y tradición.
Un récord que parecía imposible
El nuevo registro supera los 9.796 participantes de 2022 y deja atrás el intento de 2024, cuando la cifra se quedó en 8.903. Esta vez, la playa se convirtió en un mar de paraguas, chubasqueros y camisetas mojadas, pero nadie se movió. “Pensábamos que era imposible, pero Gijón nunca falla”, celebraba Carlos Fernández, uno de los asistentes, mientras brindaba entre aplausos y cánticos de “¡Sí se pudo!”.
El ambiente, a ratos épico, fue cambiando conforme caía la tarde. Desde el escenario, los organizadores lanzaron por megafonía un mensaje que prendió la chispa: “¡Todos a Poniente, que el récord está cerca!”. Cientos de personas comenzaron a correr desde las calles cercanas y el paseo marítimo se llenó de gente que avanzaba entre la lluvia con vasos en la mano. La cola se extendió hasta las icónicas Letronas, símbolo turístico de la ciudad. Ese último empujón fue decisivo: 37 escanciadores más que en el récord anterior bastaron para hacer historia.
La fiesta más asturiana del mundo
La Fiesta de la Sidra Natural de Gijón celebró así su edición número 34, la primera desde que la UNESCO reconoció la cultura sidrera asturiana como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Durante toda la semana, la ciudad vibró con concursos de escanciadores, degustaciones de sidra casera, mercadillos temáticos y actividades culturales que desembocaron en este momento histórico.
El operativo fue de gran precisión: vallado especial, equipos de conteo electrónico y decenas de voluntarios repartiendo vasos conmemorativos. “No es solo un récord; es el reflejo de lo que somos”, declaró desde el escenario la alcaldesa de Gijón, Ana González, subrayando el valor cultural y económico de esta tradición.
Homenajes y emoción
El evento tuvo también su espacio para el homenaje. La organización recordó a Tino El Roxu, maestro irrepetible del escanciado, con un emotivo tributo. En el escenario principal se reconoció a grandes figuras del arte de escanciar como Pelayo Rodríguez, Emilio Rubio, Alejandra Venegas y Wilkin Aquiles, quienes ofrecieron una escanciada magistral ante una multitud que los ovacionó.
El cielo seguía gris, pero la playa ardía en entusiasmo. Cada culín derramado, cada botella levantada, recordaba que la sidra es mucho más que una bebida: es identidad asturiana en estado puro.
La fuerza de una ciudad unida
La Playa de Poniente se convirtió en un gigantesco escenario donde convivieron vecinos y visitantes de toda España y de países como Portugal, Ecuador o Argentina. Entre empanadas, bollos preñaos, tortillas y canciones populares, miles de personas dieron forma a un récord que trasciende las cifras. “Esto es más que beber sidra. Es nuestra manera de vivir”, decía emocionado José Méndez, miembro del grupo “Amigos Disfrutones”.
Claves del récord
Elemento Detalle
Participantes | 9.833 escanciadores registrados oficialmente. |
Récord anterior | 9.796 (2022). |
Escenario | Playa de Poniente, con cola hasta Las Letronas. |
Condiciones | Viento, lluvia y coincidencia con otros eventos deportivos. |
Logística | Conteo electrónico, vallado, voluntarios y dispositivo especial. |
Contexto | Primera edición tras reconocimiento UNESCO de la cultura sidrera. |
Un brindis que vale más que mil cifras
La edición de 2025 quedará grabada como la del esfuerzo colectivo bajo la lluvia y la del orgullo de una ciudad que convirtió un acto tradicional en una gesta mundial. Desde los primeros que hicieron cola horas antes hasta los que llegaron al último minuto para sumar, todos fueron protagonistas.
El presentador del evento lo resumió antes de que toda la playa entonara el “Gijón del alma”:
“El récord es de todos: de quienes madrugaron, de quienes corrieron y de quienes escanciaron bajo el agua. Gijón es sidra, y hoy lo ha vuelto a demostrar”.