“Daba giros, arqueaba ambas rodillas y lanzaba latigazos con las pantorrillas”, describe la sentencia. El tribunal considera probado que fingía incapacidad y vulneró la buena fe contractual.
La imagen es difícil de ignorar: un trabajador supuestamente de baja por una grave lesión de rodilla que, sin embargo, baila enérgicamente en un escenario junto a su grupo de música tradicional asturiana. No es una suposición: fue grabado, fotografiado y analizado por peritos durante varios meses. Y ese fue el detonante de un despido que acaba de ser ratificado por el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), que avala que la empresa ArcelorMittal actuó dentro de la legalidad.
“Bailaba con una mujer dando giros, arqueos de ambas rodillas y latigazos hacia atrás con las pantorrillas”, recoge literalmente la sentencia.
El tribunal confirma que, aunque el trabajador seguía oficialmente de baja, su actividad en público desmentía cualquier impedimento real. Considera que hubo fraude y simulación. El despido, por tanto, es procedente y ajustado a derecho.
Un año entero de baja y múltiples actuaciones
El caso arranca el 14 de diciembre de 2022, cuando el trabajador —profesional eléctrico en ArcelorMittal— sufre un accidente de tráfico. El parte médico confirma una rotura completa del ligamento cruzado posterior de la rodilla derecha, una dolencia grave. Se inicia entonces una baja laboral que se extiende hasta noviembre de 2023.
Pero mientras los informes médicos señalaban recuperación progresiva, la realidad era otra. Desde abril hasta septiembre, el empleado actuó en numerosos eventos públicos con su grupo musical, donde fue grabado cantando, tocando instrumentos y bailando con evidente soltura. La empresa, alertada por terceros, encargó una investigación que aportó material gráfico contundente.
ArcelorMittal lo despide: “No solo bailaba, simulaba”
El 10 de octubre de 2023, ArcelorMittal formaliza el despido disciplinario. En su argumentario, expone que el trabajador:
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Realizaba actividades físicas incompatibles con su baja médica.
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Prolongaba la incapacidad sin justificación real.
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Usaba ese periodo para actuar en eventos musicales, sin alta en la Seguridad Social.
Aunque las actuaciones no fueran remuneradas, la empresa alegó —y el tribunal corroboró— que también el ocio puede vulnerar la buena fe contractual si compromete la recuperación o revela aptitud suficiente para volver al puesto.
El trabajador lo llevó a juicio… y perdió
El empleado impugnó el despido, alegando que se trataba de actividades recreativas no comparables con las exigencias físicas de su empleo. Reclamó incluso la nulidad por vulneración de derechos fundamentales, como la igualdad, la salud o la integridad física, y pidió una indemnización de 40.000 euros por daños morales.
Pero tanto el Juzgado de lo Social nº 2 de Avilés como el TSJA rechazaron sus argumentos. La sentencia remarca que:
“La incapacidad temporal no es en sí misma la causa del despido, sino el medio de constatación del comportamiento contrario a las reglas de la buena fe.”
¿Y si solo estaba entreteniéndose?
El TSJA es tajante: aunque las actuaciones fuesen “lúdicas”, los movimientos realizados superaban en intensidad a los que se le requerían en su puesto de trabajo, por lo que no cabía mantener la baja médica. Se trataba, según el tribunal, de una simulación en perjuicio de la empresa y de la sociedad en general.
Además, recuerda que no es necesario que la actividad sea remunerada para ser sancionable. Basta con que perjudique la recuperación o demuestre que el trabajador puede reincorporarse.
Casos similares: bailar, cantar o grabarse con tacones… y ser despedido
Este caso se une a una larga lista de sentencias en toda España:
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En Murcia, un trabajador fue despedido por bailar mientras estaba de baja por problemas de rodilla. Perdió el juicio.
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En Lugo, otro empleado fue despedido por ofrecer un concierto estando de baja por ansiedad.
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En Canarias, una trabajadora que subía vídeos bailando con tacones durante una baja por juanetes vio su despido avalado por el TSJC.
La jurisprudencia es clara: si una baja médica se usa como cobertura para actividades que la contradicen, aunque sean recreativas, puede haber causa disciplinaria justificada.
La mala fe también baila
Este caso no solo pone de relieve los controles internos que pueden activar grandes empresas como ArcelorMittal, sino también cómo el uso indebido de una baja laboral puede derivar en despido legalmente procedente.
En palabras del propio tribunal:
“No se sanciona la baja, se sanciona lo que se hace mientras uno está supuestamente impedido para trabajar.”