¿Qué pasa por la mente de un hombre que convive dos meses con un cadáver?: el oscuro laberinto de Jesús ‘El Vasco’

¿Qué pasa por la mente de un hombre que convive dos meses con un cadáver: el oscuro laberinto de Jesús ‘El Vasco’

El detenido por el crimen de Susana Sierra acumulaba altercados psiquiátricos, se comió sus heces en un coche patrulla y sufrió un brote psicótico al ser detenido. Ahora, la Justicia se pregunta si está capacitado para ser juzgado.

 

¿Puede una mente humana desconectarse tanto de la realidad como para convivir durante casi dos meses con el cadáver de una mujer en avanzado estado de descomposición sin mostrar arrepentimiento, alarma ni angustia?

Es la pregunta que hoy se hacen los forenses, la Policía, los servicios psiquiátricos penitenciarios y toda Asturias. Y también es la pregunta que flota sobre el caso de Jesús, alias "El Vasco", el hombre detenido por el brutal asesinato de Susana Sierra, gijonesa de 49 años, cuyos restos aparecieron dentro de un cubo en el piso que compartieron durante semanas en la calle Contracay.

Un historial psiquiátrico perturbador

El crimen no es un hecho aislado. Jesús arrastra una biografía marcada por el desequilibrio mental extremo y un comportamiento errático y peligroso. No es la primera vez que su conducta genera titulares inquietantes: en 2013, protagonizó un episodio que muchos aún recuerdan con estupor. Defecó en un coche patrulla y se comió sus propias heces en protesta por ser trasladado a la Comisaría de Gijón. Esa imagen grotesca, que podría parecer un acto de locura momentánea, no fue un caso aislado.

A lo largo de los últimos diez años ha acumulado múltiples detenciones, episodios de violencia, amenazas, autolesiones y, según fuentes policiales, nunca ha mantenido un tratamiento estable para las patologías mentales que sufre.

“Es una persona descompensada, muy agresiva en momentos de crisis, pero que sabe manipular entornos vulnerables”, apunta un agente consultado.

Brote psicótico tras el crimen

La noche del miércoles al jueves, Jesús sufrió un nuevo brote psicótico mientras se encontraba en los calabozos tras su detención. Fue necesaria asistencia médica urgente y no pudo declarar hasta pasadas 24 horas. Actualmente se encuentra en el módulo de enfermería del centro penitenciario asturiano, ingresado como preso preventivo.

La jueza, que ya ha decretado prisión provisional sin fianza, ha ordenado su evaluación psiquiátrica completa. El interrogante ahora es si Jesús ‘El Vasco’ está capacitado mentalmente para afrontar un juicio o si nos encontramos ante un caso límite en el que el deterioro mental supera el umbral legal de imputabilidad.

El crimen: Susana, una vida rota

Susana Sierra tenía 49 años y una vida marcada por la vulnerabilidad. Formaba parte del sistema de protección Viogen del Ministerio del Interior, después de haber sufrido maltrato por parte de una expareja. Tenía un hijo de unos 25 años, estaba en segundas nupcias, y conoció a Jesús hace apenas unas semanas, en un centro de beneficencia.

Desapareció justo dos días después de perder a su madre. La investigación inicial exploró incluso una fuga voluntaria, ante sus graves problemas económicos. Pero el martes por la mañana, agentes de la UDEV accedieron a su domicilio con una orden judicial y hallaron su cuerpo en un cubo, maniatado, con lesiones en la cabeza y en avanzado estado de descomposición.

Había muerto de forma violenta a principios de mayo, y Jesús había seguido viviendo junto al cadáver.

¿Puede ser juzgado?

Los psiquiatras forenses se enfrentan ahora a un caso delicado. Por un lado, existe una evidencia palmaria de deterioro mental: el historial de autolesiones, las crisis psicóticas y su comportamiento en prisión apuntan a una alteración grave. Por otro, también existen patrones de control, ocultación del crimen, frialdad emocional y manipulación que no cuadran del todo con una demencia total.

¿Estamos ante un enfermo mental incapaz de comprender la gravedad de sus actos? ¿O ante un perfil antisocial extremo que instrumentaliza su desequilibrio para eludir responsabilidades?

La otra cara del crimen: pobreza, desprotección y olvido

Susana no tuvo ni capilla ardiente ni funeral. Su familia, sin medios para costear el sepelio, cedió la gestión del entierro a los Servicios Sociales municipales. Fue un final cruel para una vida marcada por la precariedad.

El caso ha provocado una ola de indignación en Gijón. Colectivos feministas han pedido que se califique ya como violencia machista, independientemente de si existía o no una relación formal, recordando que las mujeres sin hogar o en situación vulnerable están más expuestas al maltrato y al feminicidio.

Más allá del crimen, un retrato aterrador

El caso de Jesús ‘El Vasco’ no es solo una tragedia individual. Es también un espejo inquietante de los fallos del sistema: la falta de control sobre personas con graves trastornos mentales, la invisibilidad de las mujeres vulnerables, y la delgada línea entre enfermedad y violencia.

Un hombre que un día se comió sus propias heces como protesta. Que otro día convivió con un cadáver durante semanas. Y que hoy, mientras se decide si puede ser juzgado, obliga a toda una sociedad a preguntarse:
¿cómo se llegó hasta aquí sin que nadie lo detuviera antes?

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