Barbón impulsa una ofensiva anticorrupción en Asturias: exige endurecer el Código Penal y aparta a altos cargos de las mesas de contratación

Barbón impulsa una ofensiva anticorrupción en Asturias: exige endurecer el Código Penal y aparta a altos cargos de las mesas de contratación

“La corrupción me asquea”, afirma el presidente, que propone penas más duras, devolución íntegra de lo robado e inhabilitación de los corruptos y sus cómplices


En un encendido discurso en la Junta General del Principado, el presidente del Gobierno de Asturias, Adrián Barbón, ha lanzado un mensaje contundente contra la corrupción política y empresarial, proponiendo una reforma del Código Penal que eleve las penas para quienes cometan delitos como el cohecho propio, pero también para quienes los fomentan desde fuera de la administración. “No solo debemos perseguir al corrupto, sino también al corruptor”, ha proclamado.

Barbón ha defendido una batería de medidas destinadas a reforzar la transparencia en la gestión pública, entre las que destaca la exclusión inmediata de viceconsejeros, directores generales y personal eventual de todas las mesas de contratación del Principado. La orden, según ha indicado, ya ha sido trasladada a todas las consejerías. “Queremos reforzar los controles aunque ninguna obra del Gobierno de Asturias esté implicada en las investigaciones de la UCO”, ha recalcado, aludiendo al reciente informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil sobre presuntas tramas corruptas en otras comunidades.

El presidente no ha escatimado palabras para mostrar su rechazo a estas prácticas:
“La corrupción me repugna y me asquea. No hay medias tintas. Pido una modificación del Código Penal que garantice no solo penas ejemplares, sino también la devolución íntegra del dinero robado y la inhabilitación profesional de quienes traicionan la confianza ciudadana”, ha defendido con vehemencia.

La propuesta de reforma incluiría castigos más severos también para quienes, desde el sector privado o desde redes de influencia, alientan y propician la corrupción administrativa con fines empresariales o de lucro personal.

Cruzada ética... y duelo político

La intervención de Barbón ha sido también el escenario de un cruce dialéctico de alta tensión con el portavoz del Partido Popular, Álvaro Queipo, quien insinuó la posible salida del socialista de la política asturiana. El presidente respondió con ironía, pero lanzó un dardo envenenado:
“Si no me muero, volveré a ser candidato en 2027”, aseguró, para añadir inmediatamente: “Lo que ya no tengo tan claro, y cada vez lo veo más por sus palabras, es que usted vaya a liderar la del PP. Porque el runrún que empieza a circular entre los ámbitos económicos de Asturias, su grupo parlamentario y su propio partido es el siguiente: no da la talla”.

Con esta declaración, Barbón no solo despeja dudas sobre su continuidad, sino que abre la puerta a una legislatura marcada por el combate frontal a la corrupción y por un tono político que se prevé bronco, especialmente con el Partido Popular.

El contexto

La declaración llega en un momento en el que distintos casos de corrupción han sacudido el panorama nacional, y varios informes de la UCO han salpicado a administraciones de otras comunidades. Aunque el Principado de Asturias no figura entre ellas, Barbón ha querido adelantarse y blindar la administración regional con medidas estructurales que, asegura, “van más allá de los gestos” y buscan evitar cualquier resquicio de opacidad.

¿Reforma real o gesto político?

La propuesta de modificación del Código Penal abre un nuevo frente político a nivel estatal, donde Barbón podría alinear su discurso con otros presidentes autonómicos que reclaman una regeneración profunda del sistema institucional. No obstante, el desarrollo legal dependerá del Congreso de los Diputados, y está por ver si esta ofensiva tiene recorrido parlamentario o se queda en el plano simbólico.

Con este movimiento, el presidente asturiano parece querer marcar perfil no solo como líder autonómico, sino como figura de referencia dentro del PSOE para la regeneración democrática. Y lo hace con un doble mensaje: tolerancia cero con la corrupción y desafío directo a sus adversarios políticos.

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