Barbón levanta la voz contra la corrupción: “No todos los políticos somos iguales. Las raíces limpias dan fuerza, no manchan”

Barbón levanta la voz contra la corrupción: “No todos los políticos somos iguales. Las raíces limpias dan fuerza, no manchan”

El presidente del Principado se desmarca del “y tú más” y exige al PSOE una respuesta radical y sin excusas ante los escándalos de corrupción que sacuden al partido: “Estoy harto, indignado y emocionalmente afectado”.

 

En un momento político convulso, con el caso Cerdán y otras derivadas del ‘caso Koldo’ ensombreciendo al Partido Socialista, el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ha dado un paso al frente con un mensaje rotundo, personal y político. A través de sus redes sociales, Barbón ha expresado con crudeza su rechazo a los recientes episodios de corrupción que afectan al PSOE: “Estoy muy harto, asqueado, decepcionado e indignado por lo que está sucediendo. Y no lo voy a negar: me afecta emocionalmente”.

Este sábado, Barbón se enfrenta a su primer Comité Autonómico de la FSA-PSOE desde su reelección como secretario general, un encuentro que llega marcado por la presión mediática y social sobre los casos de corrupción que afectan a figuras del partido a nivel nacional. Su mensaje llega con fuerza y se desmarca claramente del discurso defensivo: “No todos los políticos somos iguales ni merecemos ser metidos en el mismo saco”.

“No sufro la avaricia del dinero y por eso no la entiendo”

Lejos de escudarse en argumentos habituales o en comparaciones con otras fuerzas políticas, Barbón se presenta como ejemplo de lo que él llama “otra forma de hacer política”. Reivindica su transparencia personal y patrimonial, y recuerda que sigue viviendo en su Laviana natal, “sin lujos ni oropeles”. “La corrupción me afecta emocionalmente, porque no sufro la avaricia del dinero y me cuesta entender a quienes la sufren”, escribió. “No hay justificación. Ninguna. Cero. No me valen excusas”.

“Desterré la frase ‘pongo la mano en el fuego’”

En un tono introspectivo, el presidente asturiano admite que su confianza en algunas personas se ha visto erosionada: “Han sido tantas las decepciones que he desterrado de mi vocabulario la expresión ‘pongo la mano en el fuego’. Nadie me pida que lo diga o lo haga, porque no lo voy a hacer”.

Barbón considera que el escándalo no debe convertirse en un juego de trincheras ni de equidistancias. Por eso, lanza un mensaje también hacia dentro de su partido: “El PSOE debe ser radical en la lucha contra la corrupción. Sin contemplaciones. Allá otros partidos con su conciencia”.

Una figura que reclama dignidad política

Con esta declaración, Barbón se posiciona como una de las pocas voces institucionales dentro del PSOE que no solo condena los hechos, sino que lo hace de forma frontal y emocional, alejándose del lenguaje neutro o técnico que predomina en otras respuestas políticas. En palabras del propio Barbón: “Poner luz donde anida la oscuridad es una obligación, no una opción”.

En un contexto donde el descrédito institucional gana terreno, su intervención busca preservar el vínculo entre ciudadanía y política: “No todo vale, no todos somos lo mismo y no todo se puede tapar con el ‘y tú más’”.

En defensa del legado socialista y del valor del servicio público

El presidente del Principado no elude el contexto general que afecta al partido, pero tampoco acepta que ese contexto arrastre a todos por igual. Su mensaje ha sido bien recibido en círculos socialistas asturianos, donde se le valora como una figura política comprometida con la integridad y alejada de los circuitos de poder que ahora se investigan.

A horas de presidir el Comité Autonómico de la FSA en Lugones, Barbón se presenta ante los suyos como una voz clara, serena pero contundente, que defiende con firmeza que la política limpia existe y que el PSOE debe dar un paso adelante con la misma determinación.


En plena tormenta, Adrián Barbón ha querido dejar claro que no se esconde, que no acepta la resignación ni la equidistancia, y que se puede hacer política desde el arraigo, la ética y el servicio. Un mensaje que interpela tanto a los de dentro como a los de fuera: “Las raíces vigorosas no frenan, dan alas”.

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