El nuevo decreto limitará las plazas, exigirá conexión a Internet y medidores de ruido, y otorgará más poder a los ayuntamientos. La entrega de llaves deberá ser presencial y con información al visitante.

Asturias ha decidido tomar las riendas del turismo para que siga siendo motor económico, pero sin poner en riesgo la convivencia ni desvirtuar la esencia del territorio. El Gobierno del Principado ha presentado este miércoles un nuevo decreto que endurece y homogeneiza la regulación de las viviendas de uso turístico (VUT), en lo que supone un paso firme hacia un modelo centrado en la calidad, la sostenibilidad y el respeto al entorno.

“El turismo es una actividad de enorme valor para Asturias, pero tiene que desarrollarse con reglas claras y favoreciendo la convivencia”, ha afirmado la vicepresidenta del Principado, Gimena Llamedo, durante la presentación de la propuesta ante la mesa de Turismo de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE).

El nuevo texto legal, que completa la reforma iniciada por la Ley de Turismo en vigor desde noviembre, no solo refuerza los controles y eleva los requisitos técnicos para operar una VUT, sino que empodera a los ayuntamientos para limitar su proliferación en zonas donde la presión turística pueda afectar a la calidad de vida de los vecinos o al acceso a la vivienda.

¿Qué cambia con el nuevo decreto?

1. Límite de plazas y condiciones mínimas:

• Máximo de 8 plazas por vivienda.

• Un baño completo (con ducha o bañera) por cada 4 huéspedes.

• Superficie mínima:

  • 25 m² para una persona.

  • 33 m² para dos.

  • A partir de tres personas, 15 m² por persona.

2. Tamaño mínimo de estancias:

• Habitación individual: 6 m².

• Habitación doble: 10 m².

• Habitación triple: 13 m².

• Salón: 8 m² (11 m² si hay sofá cama de 1,35 m).

3. Equipamientos obligatorios:

• Conexión a Internet, salvo en zonas sin cobertura.

• Medidores de ruido para evitar molestias.

• Entrega presencial de llaves con información turística básica.

• Servicio de limpieza y mantenimiento activo.

• Justificante de pago con todos los datos de la estancia.

• Publicidad con número de registro visible en todas las plataformas.

Más poder para los municipios

El decreto blinda la capacidad de los ayuntamientos para regular el número de viviendas turísticas, siempre que lo hagan por razones objetivas de interés general. Además, las VUT solo podrán instalarse en zonas urbanísticas aptas, evitando así su dispersión descontrolada o su uso en zonas no residenciales.

Régimen sancionador claro

En caso de incumplimientos, la actividad turística podrá ser suspendida por un periodo de seis meses a cuatro años, dependiendo de la gravedad de la infracción. Esta medida busca erradicar la competencia desleal, garantizar la protección de los consumidores y preservar el acceso a la vivienda para la población local.

Tecnología contra la ilegalidad

La nueva normativa se suma al refuerzo del servicio de inspección turística y al uso de herramientas tecnológicas de rastreo que permiten detectar alojamientos irregulares anunciados en plataformas digitales.

Un modelo basado en el consenso

Llamedo ha insistido en que esta normativa “nace del consenso, pero también de la convicción”. En palabras de la vicepresidenta:

“Queremos seguir siendo un destino de referencia, competitivo, pero sin perder lo que nos hace únicos: nuestra autenticidad, nuestros paisajes, nuestras tradiciones y nuestra manera de vivir. Asturias tiene que ser un lugar para vivir y también para visitar, pero sin que una cosa destruya la otra.”

La propuesta ha sido debatida por segunda vez con la mesa de Turismo de FADE y se abrirá ahora a un proceso de aportaciones para su aprobación definitiva.

Objetivos del decreto en pocas palabras:

• Proteger la convivencia vecinal.

• Evitar la saturación turística.

• Reforzar la seguridad jurídica.

• Impulsar un turismo sostenible y legal.

• Poner freno a los abusos en el alquiler vacacional.

Asturias, tierra de acogida y de paisajes infinitos, busca preservar lo que la hace única. El nuevo decreto marca el inicio de una etapa en la que el turismo será sinónimo de calidad y equilibrio, no de conflictos ni especulación. Un paso adelante para quienes viven, trabajan y visitan el Paraíso Natural.